domingo, 26 de agosto de 2007

Movimiento


Movimiento, es una palabra que es parte de lo que somos. Somos movimiento, siempre estamos haciendo algo. Cuando uno duerme está eleborando sueños, sigue la rueda girando. No estamos quietos, vivimos de manera tal que el movimiento es condición de vida. La persona muerta está quieta. La viva está en movimiento. Más concreto: ¿Somos en tanto movimiento? Dicho de otra manera: ¿Sin movimiento podemos ser?

Ahora bien, se podrá objetar que hay personas que no tienen una personalidad de movimiento, es decir, de hacer, de afirmarse en la vida haciendo, trabajando, elaborando, construyendo. En este argumento hay en parte algo de razón. Sin embargo, no puede dar cuenta de la totalidad del universo. Mejor diría: las personas se caracterizan por ser algunas más movilizantes que otras (recordar que no puede existir ser en estado de quietud total). Y es en ese vivir que manifestamos nuestras acciones o movimientos donde algunos lo hacen de manera más vital, de forma más afirmativa, caminando. En cambio, otros están a la espera que la vida se consuma, los consuma, como mirando el avance de las agujas de reloj mientras respiran.

Soy movimiento. Prefiero vivir la vida en la dinámica del movimiento y no de la quietud. En movimiento sin dudas se vive mejor.

Jorge Luis Borges


En la revista Ñ del diario Clarín, con fecha 25 de noviembre de 2006, en la sección "Perlas cultivadas", se publicaron algunos fragmentos de este autor bestial que me gustaron para compartir. Ahí van:

"Creo en la teología como literatura fantástica. Es la perfección del género".
Es linda la idea de la existencia de diferentes dioses, de credos heterogéneos, de pueblos subsumidos en morales que les brindan felicidad, paz o vaya a saber uno.

"Me gustaría ser valiente. Mi dentista asegura que no lo soy"
.
Cuanta cantidad de certeza. Uno es valiente en mucho momentos de la vida, en distintas situaciones. Pero cuando estas con la boca abierta, sentado en el sillón del odontólogo, y comenzas a escuchar el ruido del torno... te sentís el más cobarde del condado. Los músculos se endurecen, y no aflojas. Es un momento indeseable y sobre todo el momento de contacto entre el torno y tus dientes. En fin, a mi también me gustaría ser valiente. Mi dentista asegura que soy un cagón.

"¿Quién soy? Estoy tratando de averiguarlo".
Es una pregunta devastadora. Cuánto cuesta responder este interrogante y no tener dudas. Tengo una hipótesis: yo soy muchos yo. Es decir, soy un ser fragmentado, contradictorio, de muchas maneras. No soy una linealidad, sino soy saltos.

Leer para Deleuze


Cuando leo a Gilles Deleuze me produce una intensidad y una potencia positiva increíble. Es una pasión amorosa llena de alegría.

En el libro "Diálogos" que escribe junto a Claire Parnet, aconseja una forma de leer que me parece maravillosa. Cito: "Una buena manera de leer, hoy en día, sería tratar un libro de la misma manera que se escucha un disco, que se ve una película o una propaganda de televisión, de la misma manera que se acoge una canción. Cualquier tratamiento del libro que reclame para para él un respeto, una atención especial, corresponde a otra época y condena definitivamente al libro. Las cuestiones de dificultad o de comprensión no existen. Los conceptos son exactamente como los sonidos, los colores o las imágenes: intensidades que nos convienen o no, que pasan o no pasan".

La cita brilla de lucidez. A mí me pasa lo mismo al leer un libro: hay intensidad o no hay nada. Para describirlo de alguna manera, si un libro que comencé a leer no me produce nada lo dejo de leer. No tengo culpa. Es más, me voy a Plaza Italia a venderlo o canjearlo. No me producen apego los libros (cualquier cosa en general) con las cuales no hay una relación de conexión.

Me gusta esta forma de leer porque es mucho más liberadora. Desde que ingresamos al colegio, los maestros o profesores en general nos quieren convencer que la práctica de la lectura hay que hacerla con textos que son totalmente aburridos o que inducen a bloquear el deseo a leer.

Deleuze sirve para quitar esa mochila de doctrina escolar cuando uno va a leer libros. Y coincido también en que los textos que reclaman interpretar conceptos sólo piden que el lector quede castrado, que pase todo por el colador de la razón, y no esté abierto a lo afectuoso, a una lectura con amor.

Recomiendo la lectura de Deleuze y del libro citado enfáticamente.

The Beatles I

Los Beatles. ¿Qué son los Beatles para mí? La música más consistente y potenciadora que escuché en la vida. Es música rupturista, desafiante, energética. El cuerpo fue y es marcado de por vida por los "fabulosos cuatro". No hay dudas que juntos fueron genios, casi a niveles de insoportabilidad. Crearon OBRAS DE ARTE, melodías imposibles de superar, armonías con vuelos de bellezas inmortales. Son fuerzas en tensión, que son productoras en infinitos sentidos, capaces aumentar al infinito la sensibilidad.

No hay significado. No hay significante. Hay fuerzas. Escucho un tema de los Beatles y me hace volar a múltiples destinos. Da la sensación de que no sobra y falta nada. Es perfecto.

Mi vieja y mi tío fueron los responsables de saber que existía algo llamado The Beatles. Más tarde, la radio fue la que me hizo oír sus canciones. Luego, una historia sin fin.