martes, 26 de julio de 2011

El arte de mentir - de Tomas Abraham



Comparto la nota del filósofo Tomás Abraham que publicó en el diario Perfil el pasado 17 de julio. Es excelente.

La mentira es mucho más interesante que la verdad. Las ventajas que tiene la mentira sobre la verdad provienen de su incesante creatividad. Las verdades son a menudo grises y monótonas. Cuando no son espantosas.   
Sigue acá: 
http://tomabra.wordpress.com/2011/07/17/el-arte-de-mentir-perfil-1772011/

jueves, 21 de julio de 2011

Enrique Pinti - nota en La Nación

Comparto la entrevista que publicó hoy el diario La Nación a este gran humorista, a poco de estrenar en el teatro San Martin, El burgués gentilhombre de Molière.



Alejandro Cruz
LA NACION
Una vez -hace de esto un año- Kive Staiff, el ex director del Teatro San Martín, convocó a Enrique Pinti a su oficina del quinto piso. "Antes de irme del teatro quiero tirar una bomba. Quiero que vengas a actuar al San Martín, ¿qué te gustaría hacer? ¿Un clásico?, dicen que le dijo. "Claro que sí -contestó el señor que es conocido por sus rápidos reflejos-. Quiero hacer una obra de Molière, El burgués gentilhombre. " Y fue a partir de ese comentario que aprovechó el hueco y pateó al arco. "Yo ya hice El burgués... en el 58, en el Nuevo Teatro, con Alejandra Boero y Pedro Asquini, que tuvo una crítica tan fea... Todavía recuerdo el título: «Niños, comienzan las clases el 14 de marzo»". Quien había escrito eso era el mismo Kive. "Yo no puedo haber sido tan hijo de puta", parece que le dijo. "Sí, Kive. Todos, en algún momento, somos hijos de puta. Por eso quiero mi revancha", agregó. Y acá estamos: en el bar del San Martín, a una semana del estreno de El burgués gentilhombre.

Sigue acá: http://www.lanacion.com.ar/1391087-enrique-pinti-el-senor-que-no-se-calla-la-boca

martes, 19 de julio de 2011

Assange - Zizek



Comparto la nota que publicó el diario Página 12 el pasado domingo 10 de julio de 2011. Es interesante.

Cables pelados

El australiano Julian Assange debe ser la figura más emblemática de la tensión entre las corporaciones mediáticas y la población mundial. Fue declarado enemigo, asesino y terrorista por políticos y gobernantes norteamericanos, el gobierno sueco lo defenestró y otros hasta llamaron a asesinarlo. Desde hace seis meses se encuentra detenido sin su debido proceso, y pasado mañana enfrenta un pedido de extradición por un confuso cargo de abuso sexual en Suecia. Y todo por dar a conocer información clasificada que ni siquiera robó. El fin de semana pasado, invitado por la organización Democracy Now! y coordinado por su directora Amy Goodman, charló en Londres con el filósofo Slavoj Zizek sobre el impacto de los Wikileaks en el mundo de los medios, en las revueltas de Medio Oriente y en la política norteamericana, de su juicio a Visa y Mastercard por un bloqueo económico, del cambio que la circulación de la información puede traer al mundo y de los perversos manejos legales de la Justicia internacional. Estos son los pasajes más jugosos de esa charla, traducidos en exclusiva por Radar.



miércoles, 13 de julio de 2011

Marcelo Bielsa



Comparto una frase del ex-técnico de la selección argentina, Marcelo Bielsa, que fue presentado como técnico del Athletic de Bilbao en España. La contundencia abruma. Me encantó.

"Protagonismo antes que especulación, presencia en campo rival y no en el propio, posesión del balón antes que recuperación y el uso del reglamento como un recurso para mejorar el juego, no como un apartado para intentar obtener ventaja".

Martin Lousteau respuesta a Fito


Nota que publicá hoy el ex-ministro de economía del gobierno de Cristina K.

Por Martín Lousteau
Especial para lanacion.com
Se nota que la explosión que significaron las elecciones del domingo pasado no sólo fue estruendosa, sino que su onda expansiva sacudió algunos cimientos. Las esquirlas de la aplastante victoria macrista continúan impactando en sectores simpatizantes o tributarios del gobierno nacional.
El lunes pasado en Radio Metro discutimos fuera del aire con un amigo después de que él dijera que, como porteño, Buenos Aires y su manera de votar le provocaban náuseas. Soy de la visión de que en una Democracia el resultado que emana de las elecciones es, por definición, siempre el correcto. Y ello significa que no corresponde posicionarse en un plano de aparente superioridad para condenar el voto de la mayoría cuando resulta opuesto a nuestros deseos o convicciones.
Se trata de una reacción común en gobiernos nacionales a los que el electorado de la Capital Federal les da la espalda, que suelen así quejarse por la imposibilidad de entender a su habitantes. En el acto de cierre de la campaña del 2007, Néstor Kirchner les pidió que "de una vez por todas, se acerquen al latir fuerte de la patria profunda, que está sedienta de justicia e igualdad". Después de los resultados de esos comicios, fue Alberto Fernández el que le reclamó "a la Ciudad que sea parte de un país, y deje de votar y pensar como una isla", aunque inmediatamente después tuvo el tino de disculparse por sus palabras. En esta oportunidad fue Aníbal Fernández quien expresó que no le "llama la atención que la Ciudad se le parezca a Macri". Conociendo sus opiniones sobre el Jefe de Gobierno (lo ha tildado sucesivamente de "mentiroso", "vago" e "impresentable", entre otros calificativos) no creo que se trate de un elogio para los porteños.
La frustración de un mal resultado electoral después de la intensidad que conlleva una campaña puede explicar las declaraciones exaltadas. Pero ahora se ha sumado más gente -como mi amigo- que despotrica con vehemencia sin la excusa de haber participado del fragor previo y tener por esa razón las pulsaciones a "mil por hora", como suele decirse cuando un jugador de fútbol reacciona de manera desmedida.
Una de las voces más conspicuas en sumarse a ese coro de indignación es la del músico Fito Páez. Dado que lo hizo mediante una columna en la contratapa de Página 12, parece difícil que sea consecuencia de una "calentura" del momento. El artista escribió que "A la mitad de los porteños le gusta tener el bolsillo lleno, a costa de qué, no importa...le encanta aparentar más que ser. Y lo que esa mitad está siendo. repugna. Hablo por la aplastante mayoría macrista. Da asco la mitad de Buenos Aires...(que) quiere un gobierno de derechas". Con semejantes declaraciones, Páez demuestra que posee sobradas condiciones como para incorporarse al gabinete nacional.
Una de ellas es la incapacidad para aceptar que otro opine distinto y para indagar en sus motivos para ello. En lugar de ofuscarse, el kirchnerismo haría mejor en intentar comprender más acabadamente qué es lo que los porteños rechazan de su accionar, en particular teniendo que enfrentar un ballotagge sumamente desfavorable el 31 de julio.
Quizás uno de los elementos que no gustan en la Ciudad sea esa impermeabilidad a la crítica o la falta de matices ante las diferencias. Probablemente no agrade que todo aquel que no piensa exactamente igual termine siendo considerado un enemigo. O puede que resista la actitud cerrada de centralización en la gran mayoría de las decisiones.
En los resultados de la primera vuelta hay un par de cortes de boleta que merecen la pena ser analizados. Como candidato a legislador porteño, Juan Cabandié -es decir, La Cámpora- obtuvo la mitad de votos que Daniel Filmus. Una parte podría explicarse porque el nombre de Aníbal Ibarra, al ser más conocido, genera una atracción natural, casi automática, para algunos votantes. Pero, de ser así, no se entiende por qué el mismo fenómeno ocurrió con la lista encabezada por Gabriela Cerruti. Una posible explicación es que el rechazo al tinte autoritario de la Presidenta sumado a la incondicionalidad acrítica de La Cámpora sea mayor que el atractivo de la idea de renovación y juventud que esa agrupación pretende representar.
Por otro lado, la fórmula Macri-Vidal sacó tres puntos más que su lista de legisladores, encabezada por Sergio Bergman. No parece tratarse de un voto negativo contra el rabino, sino de un apoyo adicional para Macri en la disputa más emblemática con el gobierno nacional. De ser así, el Frente para la Victoria haría bien en sosegar estas declaraciones de desprecio hacia los votantes y escuchar el mensaje que le acaba de enviar, con un megáfono, la Ciudad de Buenos Aires.
Soy porteño, algo que exhibo orgulloso. Confieso que hasta me agrada la perplejidad de la clase política frente al humor de este distrito a la hora de sufragar. Nunca voté a Macri ni lo votaría, a pesar de que considero valiosos a algunos funcionarios de su administración. Quizás hay otra gente que tampoco simpatiza de lleno con su visión del mundo, pero que termina depositándole el voto ante la permanente intolerancia que demuestra el kirchnerismo. Sería bueno que revise esta actitud. Por sus propios intereses de cara a las elecciones de octubre pero, principalmente, por el bien de la discusión política en nuestro país.

http://www.lanacion.com.ar/1389233-fito-paez-miembro-del-proximo-gabinete

Fito, no entiendo - Alejandro Rozitchner


Nota del filósofo Alejandro Rozitchner que publicó hoy en La Nación como respuesta a Fito.

Cómo puede un artista popular de la talla de Fito Páez terminar expresándose de manera tan fascista, despreciando a quienes piensan distinto? ¿Cómo, después de unas elecciones libres en las que el pueblo de la ciudad se manifestó con claridad a favor de una opción, puede alguien creerse con el derecho a denigrar públicamente semejante torrente de votos?
Es raro. Es una lástima. Conozco personalmente a Fito, no al punto de la amistad profunda, pero hemos dormido bajo el mismo techo. Lo quiero. Lo considero uno de los artistas más finos y logrados del rock nacional. "Tumbas de la gloria" me estremece, me parece un tema superior, escalofriante y genial, testimonio de la grandeza y profundidad de su sensibilidad. No entiendo qué le pasó, cómo puede expresarse de esta manera. Pero más allá de Fito, al que no creo conveniente condenar por este paso en falso (uno escribe a veces, dejándose llevar, cosas de las que después se arrepiente), siento que tenemos que señalar en la ocasión una costumbre muy fea que nos hace retroceder en el tiempo.
El que piensa distinto no es denigrable. Ningún voto es monstruoso, lo monstruoso es que no haya votos. La democracia se basa en el respeto a la diferencia. No siempre es fácil aceptar al otro, pero es nuestro deber. Yo voté y votaré nuevamente a Mauricio porque creo que es la mejor opción para la ciudad, pero no creo que los que votan a Filmus, a Solanas, a Estenssoro, a Telerman y a los otros candidatos sean malas personas. Puedo creer que se equivocan, que sería mejor que votaran por Mauricio, pero los respeto. Los respeto no por bueno, sino porque creo en que es mejor una sociedad plural que una uniforme, creo que la cultura y la vida ciudadana se benefician con la diversidad.
Puedo tratar de convencerlos, argumentando. Hacerlo, además, si tengo ganas, porque también siento que con muchas personas hay otros temas por tratar. Puedo tener coincidencias artísticas y sensibles más profundas a veces con personas que votan distinto a como voto yo. No creo que la política deba dominarlo todo, creo en las realidades humanas, en el arte, en las ideas, en el asado, en la amistad, en el amor. La exageración política, es decir, creer que todo es política y todo debe ser tratado en términos políticos, es más una patología que una postura ideológica.
Por otra parte, Fito, me sorprende porque creo que has tratado a muchos de los que formamos parte del PRO y sabés bien que no somos monstruos. ¿Por qué, entonces, esa intolerancia "facha" en tu nota? ¿Qué pasó? ¿Qué necesidad hay?
No sólo la ciudad no está hecha un estropajo, como decís, tampoco hay una jauría de ineptos en el gobierno sino gente capaz que está haciendo infinidad de cosas por el bien común, como es visible no sólo para el enorme porcentaje de personas que votó por Mauricio sino para cualquiera que se tome el trabajo de conocer esas realidades de las que hablás sin saber. Cualquiera que prefiera mirar la sociedad de cerca a creer en las mentiras de patas cortas que se inventan intencionalmente. El gobierno de la ciudad no es perfecto, claro está, somos humanos tratando de hacer las cosas bien, lo mejor posible, argentinos tratando de mejorar.
No es lindo que creas ser el dueño del swing, el que puede decir quien tiene onda y quien no. El rock siempre tuvo esa vertiente canchera e intolerante: la rubia tarada, gente sin swing, gente que no, etc. No es lo más interesante del rock, no es su parte poética y transfiguradora, digamos. Es su aspecto resentido, pobretón, limitado. ¡Superémoslo!
Esa visión de la sociedad como un sistema maligno, además, carece de verdad. El sistema somos todos nosotros tratando de vivir juntos, y no hay una maquinación que actúe en contra nuestra. Los fracasos provienen más de las incapacidades que compartimos que de un mal alucinado. El odio que a veces arrastramos es una mala herencia de un pasado que ya no es.
Dale, Fito, aflojá. No des pie a que digan ahora cosas feas e innecesarias de vos, que tanto nos diste a todos.

http://www.lanacion.com.ar/1388999-fito-no-entiendo

martes, 12 de julio de 2011

Fito Paez y las elecciones para Jefe de Gobierno 2011

No comparto la nota que escribió el músico rosarino. Tampoco voté a Macri. Pero es válido hacer circular los discursos aunque no sean ideologicamente afines a uno.

Por Fito Páez *
Nunca Buenos Aires estuvo menos misteriosa que hoy. Nunca estuvo más lejos de ser esa ciudad deseada por todos. Hoy hecha un estropajo, convertida en una feria de globos que vende libros igual que hamburguesas, la mitad de sus habitantes vuelve a celebrar su fiesta de pequeñas conveniencias. A la mitad de los porteños le gusta tener el bolsillo lleno, a costa de qué, no importa. A la mitad de los porteños le encanta aparentar más que ser. No porque no puedan. Es que no quieren ser. Y lo que esa mitad está siendo o en lo que se está transformando, cada vez con más vehemencia desde hace unas décadas, repugna. Hablo por la aplastante mayoría macrista que se impuso con el límpido voto republicano, que hoy probablemente se esconda bajo algún disfraz progresista, como lo hicieron los que “no votaron a Menem la segunda vez”, por la vergüenza que implica saberse mezquinos.
Aquí la mitad de los porteños prefiere seguir intentando resolver el mundo desde las mesas de los bares, los taxis, atontándose cada vez más con profetas del vacío disfrazados de entretenedores familiares televisivos porque “a la gente le gusta divertirse”, asistir a cualquier evento público a cambio de aparecer en una fotografía en revistas de ¿moda?, sentirse molesto ante cualquier idea ligada a los derechos humanos, casi como si se hablara de “lo que no se puede nombrar” o pasar el día tuiteando estupideces que no le interesan a nadie. Mirar para otro lado si es necesario y afecta los intereses morales y económicos del jefe de la tribu y siempre, siempre hacer caso a lo que mandan Dios y las buenas costumbres.
Da asco la mitad de Buenos Aires. Hace tiempo que lo vengo sintiendo. Es difícil de diagnosticarse algo tan pesado. Pero por el momento no cabe otra. Dícese así: “Repulsión por la mitad de una ciudad que supo ser maravillosa con gente maravillosa”, “efecto de decepción profunda ante la necedad general de una ciudad que supo ser modelo de casa y vanguardia en el mundo entero”, “acceso de risa histérica que aniquila el humor y conduce a la sicosis”, “efecto manicomio”. Siento que el cuerpo celeste de la ciudad se retuerce en arcadas al ver a toda esta jauría de ineptos e incapaces llevar por sus calles una corona de oro, que hoy les corresponde por el voto popular pero que no está hecha a su medida.
No quiero eufemismos.
Buenos Aires quiere un gobierno de derechas. Pero de derechas con paperas. Simplones escondiéndose detrás de la máscara siniestra de las fuerzas ocultas inmanentes de la Argentina, que no van a entregar tan fácilmente lo que siempre tuvieron: las riendas del dolor, la ignorancia y la hipocresía de este país. Gente con ideas para pocos. Gente egoísta. Gente sin swing. Eso es lo que la mitad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires quiere para sí misma.
* Vecino de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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