lunes, 31 de octubre de 2011

Cura sui - Por Tomás Abraham

Posteo la nota que publicó Tomás en su blog.



29 octubre 2011
No escribiré durante un tiempo en Perfil ni en La Nación. Había anunciado en broma en la última nota que por fin tenía vacaciones. No me daba cuenta que era en serio. Ya dije lo que tenía que decir, del modo en que deseaba decirlo y en los canales en que lo hice. Las palabras” fascismo” y “censura” condensaron lo que hace años analizo como la “estafa ideológica” de este gobierno encubierta por el modo en que reconstruyó la historia de los noventa y los setenta de la que no sólo fue cómplice sino protagonista y que hoy con su enorme cola de paja barre para afuera y ensucia a quienes no aceptan la maniobra. Ya está, recargar los argumentos no tiene sentido. Y no lo tiene porque vivimos una época de fanatismo, otra más, y cada vez aparecen más sectarios para adorar a nuevos sanadores y demonizar a los de la otra vereda. Lo viví durante los setenta y durante el Proceso. No había con quien hablar, y ahora cada vez menos son los que no pertenecen a esta nueva ola de agresión de la facción en boga. Lo vemos en el blog, en el que aparecen nuevos personajes que fuerzan a la réplica. Lo que tiene el fanatismo necio es que es una endemia por lo contagioso. Nos vuelve replicantes, lo hice durante los últimos seis años. En el blog Trabajos Prácticos, en La Lectora Provisoria, aquí, y en los diarios. A veces contra un fanatismo, otras contra más de uno. Podrán hablar de adjudicación directa de boletas para ensuciar a Binner, o que hay déficit en la caja de jubilaciones, y nosotros, nos vemos obligados a replicar sobre las licitaciones no de boletas sino de hospitales y de obras que exigen inversiones de otra magnitud que el papel, o de la deuda exigida y denunciada por la caja de jubilaciones, la devolución de aporte que le corresponden por ley a la pcia de Santa Fe y que está hace más de un año en la Corte Suprema de Justicia, y que motivó más de una reunión entre las partes y los Jueces. Pero no tiene importancia, porque después habrá otra mancha más, y una nueva réplica y así al infinito. De todos modos, en lo que a mí respecta, mi relación con el Frente Progresista es la de una adhesión del modo en que Binner piensa la política, por lo que vi estos años, y no por cada medida que pueda tomar él y sus funcionarios. Además, en realidad, la relación se dio más a la inversa. Fue Hermes Binner quien se interesó por mis ideas y me invitó a exponerlas en su círculo. A veces cayeron bien, otras mal. Me ofreció la dirección del Cemupro, y me dio las llaves de la sede de 500 metros cuadrados, y me dijo que hiciera lo que quisiera. Lo que no me dijo es que no contara para nada con él. Y tampoco me dijo que los cuadros del Frente en nada me atenderían. En realidad, fue peor. Una vez que me instalé no había teléfono. Lo compré. Di mil vueltas para conseguir sillas, mesas, vasos. Invité a Sabatella, Bullrich, Terragno y Llach, nadie entendía nada y les caía mal. Hasta que me cansé. Pero la relación con el gobernador siguió y fui invitado varias veces a disertar en eventos importantes. Fui el único intelectual invitado y presente en esta especie de colaboración. Nadie más en la canoa hasta después de las primarias. Por supuesto que lo que yo diga difícilmente sea aceptado en un Frente en el que coexisten neokirchneristas como los de Libres del Sur, peronistas tradicionales como de Genaro, radicales progres como los del Gen, socialistas liberales como Giustiniani, y socialistas populares como los bineristas. Muchos de ellos, creo que la mayoría, está aliviado con que no aparezca más. Admito que puse mucho entusiasmo para que Binner tenga más presencia nacional. Hoy la tiene. Qué hará con ella no tengo idea. La beatificación de Néstor Kirchner y la coronación de Cristina Fernández, el endiosamiento que se monta con una política demagógica dirigida a la “juventud”, y la congregación de los representantes culturales que se vengan de viejas derrotas, no presagia muy buenos tiempos. Cuando falten más divisas que las que ya faltan, cuando el hermano brasileño devalue o tenga su crisis, cuando el poroto baje de precio, o cuando los mandantes implosionen por luchas internas – espero que nada de esto ocurra para poder seguir leyendo al libro de Pierre Hadot sobre Goethe – la caza de brujas se intensificará. Se llame neomacartismo, fascismo, o lo que sea, se buscarán culpables y se señalaran traidores o nuevos destituyentes. Estoy preparando un libro con mis ideas políticas. No sé si lo publicaré. Lo di a leer a quienes siento más cercanos y esperaré sus opiniones. En marzo sale un nuevo libro del Seminario de los Jueves: Platón en el Callejón. Preparamos con el grupo el seminario del 2012 sobre la presencia de los griegos en los filósofos contemporáneos. Una disertación cercana sobre Aristóteles ocupa mi tiempo. Y además, el seminario del 2013 sobre William Shakespeare, estimula mi curiosidad.

Acá el link: http://tomabra.wordpress.com/2011/10/29/cura-sui/#comment-23556

Horacion González: "vale la pena discutir con Beatriz Sarlo".

El director de la Bibloteca Nacional estuvo como invitado en el programa oficialista 6,7,8 y solicitó elevar el nivel de discusión por parte de los panelistas del programa.



Abajo la nota que publicó al respecto La Nación.

Horacio González: "Vale la pena discutir con Beatriz Sarlo"

El director de la Biblioteca Nacional discrepó con los panelistas del programa ultra oficialista 678 respecto de los artículos de la ensayista; llamó a elevar el nivel de la discusión.

Por un momento, el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, se sintió solo. A su lado, los panelistas de 678 le reprochaban su defensa a la pluma de la ensayista Beatriz Sarlo. Uno de los referentes de Carta Abierta pidió elevar el nivel de la discusión para contrarrestar los argumentos de la escritora, quien días atrás había analizado la victoria de Cristina Kirchner en las elecciones presidenciales y los homenajes a Néstor Kirchner, a un año de su muerte.
Como en cada emisión del programa ultra kirchnerista, el informe sobre las distintas reacciones al triunfo del oficialismo en los comicios del pasado domingo fue el disparador del debate. Pero esta vez, no todos coincidieron en resaltar los logros del gobierno nacional. El director de la Biblioteca Nacional hizo una fuerte defensa de los artículos de Sarlo en LA NACION.
"Vale la pena discutir con Beatriz Sarlo. Mantuvo una posición muy rigurosa respecto del Gobierno. Ella elabora la hipótesis de que el gobierno es un escenificación, una comedia, un espectáculo. Sus artículos son punzantes, de una magnífica factura, que tiene una incisividad de gran vuelo. Son descripciones etnográficas", explicó González, luego de ver el informe que mostraba fragmentos del artículo de Sarlo publicado días atrás en LA NACION.
Luego de elogiar a la ensayista, el director de la Biblioteca Nacional llamó al kirchnerismo a elevar el nivel de la discusión. "Carlos Pagni es otra de las grandes plumas de LA NACION. Es nuestro deber exigirnos en esta mesa a discutir con él. Llamo a que los actores y las personas de la cultura que tenemos este compromiso elevar el nivel de la discusión para decir que esto no es un comedia o una escenificación", pidió González.
Ante los embates de los panelistas de 678 contra Sarlo, el director de la Biblioteca Nacional enfatizó: "No la estoy defendiendo. Estoy llamando a tener un debate que sea mucho más incisivo sobre lo que ella dice. Tenemos que debatir de otra manera no decir que es al antiperonismo salvaje".
Por último, González pidió que el programa ultra oficialista invite a debatir nuevamente a la ensayista : "Hay que invitarla a discutir con nosotros otra vez. Sandra [Russo] tenes el 53,9 por ciento de argumentos para discutir con ella", concluyó.

Acá el link: http://www.lanacion.com.ar/1418876-horacio-gonzalez-vale-la-pena-discutir-con-beatriz-sarlo

viernes, 28 de octubre de 2011

Tributo en la tierra santa del kirchnerismo - Por Beatriz Sarlo

Dejo la publicación de Sarlo hoy en el diario La Nación. Excelente.


Por Beatriz Sarlo | Para LA NACION



RIO GALLEGOS.- El día anterior al primer aniversario de la muerte de Néstor Kirchner, el avión está lleno de gente que viaja a Río Gallegos. Escucho: "Parrilli va a arreglar otro vuelo". Alguien me dice: "Está viajando a tierra santa". Lo que vino después le dio la razón. Mientras esperamos que nos ubiquen en un hotel que ahora está repleto de ministros, funcionarios y jefes, un hombre de cuarenta años me desafía amistosamente: "Nombrame un político mejor que Cristina ". Conoce el hotel, porque ha venido otras veces; cuando le pregunto a qué agrupación pertenece, declara: "Soy militante, de esos a los que Néstor les dio sentido".
Río Gallegos recordará a Kirchner de varias maneras y seguramente durante mucho tiempo. Las principales son hoy el mausoleo y la inauguración de su estatua-monumento. Los rumores son que no vienen presidentes latinoamericanos (algo que era más o menos obvio) y que el traslado del féretro al mausoleo será una ceremonia privada (algo razonable, de todo derecho).
Desde los días anteriores al aniversario, el mausoleo ha sido un imán para la prensa. Cuando crezcan los arbolitos que lo rodean, quedará enmarcado por el verde. Ahora se alza desnudo, con media docena reluciente de cámaras de vigilancia sobre el borde de su techo plano. La gran bandera argentina y la llama de las antorchas votivas son lo único móvil cerca de ese gran cubo de cemento gris y piedra. Sencillo y pesado. Las angostas aberturas horizontales no le dan levedad sino que, por contraste, aumentan el efecto de masa compacta. Protegerá el féretro de todo ataque: una especie de búnker fúnebre, más impresionante que austero. Podría decirse que es demasiado grande, que estalla en ese cementerio doméstico donde las bóvedas son modestos trabajos de albañilería. La desproporción del mausoleo no puede ser juzgada en abstracto. Estas cosas tienen historia.
En 1927, el arquitecto Angel Guido, que junto a Alejandro Bustillo diseñó el Monumento a la Bandera de Rosario, construyó la casa de uno de los grandes intelectuales de la época, Ricardo Rojas, replicando la fachada de la Casa de Tucumán. Este gesto de arquitecto y propietario enseña que la pasión monumental, lejos de nacer con el justicialismo, viene de lejos y desbordó hacia la esfera privada. A Ricardo Rojas no le pareció una desmesura atravesar todos los días el mismo portal que habían atravesado los hombres de la asamblea de 1816. La fiebre por estatuas y monumentos transformó las plazas en las primeras dos décadas del siglo XX.
El primer peronismo enfatizó esta línea, que viene de la tradición liberal. Pero le introdujo un cambio: despojó al monumento de su carácter póstumo. Emplazó estatuas, bustos, altorrelieves, murales y retratos de Perón y de Eva, que durante la revolución libertadora fueron destruidos, en un acto tan poco republicano como había sido ponerlos sobre sus pedestales. Una provincia, calles y avenidas, escuelas, estaciones, lo que se les ocurra, llevaron el nombre de Perón. Todos esoshomenajes fueron en vida. No ha sucedido lo mismo con Néstor Kirchner.
En el primer aniversario de su muerte se inaugura el mausoleo, del que se ha hecho cargo Lázaro Báez, uno de los "capitalistas amigos" (o amigos devenidos capitalistas), y una estatua-monumento, de Jerónimo Villalba, patrocinada por la agrupación Los Muchachos Peronistas, que responde a otro amigo, Rudy Ulloa, y, en cadena nacional, a Carlos Zannini. Todos los implicados tienen razones políticas que están fuertemente trenzadas con recuerdos personales y afectivos.
Las mujeres de la unidad básica donde Kirchner, Ulloa y Zannini comenzaron su largo camino fuman, toman mate y hablan de Néstor. No se reconcilian con su muerte. Detrás de ellas, dos estatuas de los Kirchner, obra de unos presos de "acá nomás", objetos pop, bien logrados, graciosos. Pertenecen a la piedad popular que, hasta hoy, decoró también el lugar transitorio que ocupó el cadáver de Néstor, en la bóveda de un pariente: ramos de flores y cartitas, estandartes de La Cámpora y efusiones: "Me niego a olvidarte". "Me gustaría que fueras el padrino celestial de nuestro casamiento." "Sos 678 a la décima potencia." "Escribime a la casilla de correo de mi pareja." El duelo en su espontaneidad.
El mausoleo formalizará esos impulsos, aunque esas cartas y flores no van a desaparecer. Tampoco entrarán en el Recinto del Muerto. Todo lo que concierne a Kirchner se convierte en pedagogía política nacional.
La estatua-monumento, que iba a emplazarse en el cruce central de las avenidas San Martín y Presidente Néstor Kirchner, desalojando la de Julio Roca, ha sido colocada definitivamente en el barrio donde Kirchner tuvo aquella primera unidad básica, en 1982. Así lo recuerda un compañero de esas épocas, Carlos Zannini, en el elocuente discurso de inauguración. Es el Barrio del Carmen y la unidad básica también se llamó, desde entonces, Los Muchachos Peronistas. Kirchner llegaba en un viejo Renault manejado por Rudy Ulloa.
A mediodía, la gente que rodea el Centro Comunitario del Carmen espera a Cristina, que no llega. A las nueve de la mañana había encabezado el grupo reducido que acompañó el traslado del féretro. El cementerio, rodeado de una custodia policial y de seguridad de hombre codo a codo, fue inaccesible. Desde afuera, dos o tres grupos pequeños de militantes hacían el entorno sonoro que la Presidenta escuchó mientras pasaba, entre sus hijos , por una calle interna, una figura fugaz, tanto más codiciada cuanto más inaferrable para las fotos.
En el Centro Comunitario, tres horas después, la expectativa se deslizó de la Presidenta ausente a la estatua de su marido. Una manifestación suele tener esos momentos donde esperar el suceso se convierte, casi, en lo más importante: el "estar ahí". Sobre todo porque los militantes movilizados por la unidad básica Los Muchachos Peronistas se conocen entre sí, se cuentan, saben que esas trescientas personas son parte de algo. Detrás de ellas, unas banderas de Petroleros. En otra punta, los jujeños de Milagro Sala, que, en efecto, vienen desde la otra punta de la república (¿en avión, en ómnibus?).
A las dos de la tarde, el mausoleo queda abierto para la gente. Imagino filas larguísimas, pero me equivoco. Río Gallegos no estaba pendiente de lo que nos tenía obsesionados a sus visitantes, de modo que esperan para entrar al cementerio decenas de personas que se van renovando.
La visita es brevísima, acelerada por guardias imperiosos, pero suficiente para confirmar la impresión de solidez. En su interior, el mausoleo, antes que sobrio y grave, es un poco elemental, como si algo hubiera fallado en la imaginación estética y este monumento fúnebre pasara por alto lo que afirmó un gran arquitecto del siglo XX: la tumba es el único tema donde la arquitectura puede convertirse verdaderamente en arte.
En realidad, no importa. El mausoleo no desmerece la fuerza y la decisión del hombre que descansará para siempre allí. Sobre su féretro, la bandera argentina, un pañuelo blanco, el banderín de Hijos y la camiseta de Racing. 

jueves, 27 de octubre de 2011

Perpetua - Algunas tapas de diarios

Algunas tapas de diarios que muestran la noticia de la condena a algunos genocidas de la ESMA.





miércoles, 26 de octubre de 2011

Entrevista a Héctor Schmucler - Revista Artefacto

Dejo la entrevista que le hizo Enrique Roig al semiólogo argentino uno de los pioneros en el estudio de la comunicación en Argentina.



-¿Cuál es la situación actual del filósofo de la comunicación en la vida
comunitaria, su participación ideal y la posibilidad real de
aproximarse a la misma?

-Empezaría diciendo que no es muy frecuente pensar en términos de filosofía de
la comunicación. Creo que es un déficit en el pensamiento de esto que llamamos
comunicación el que no haya una mirada que trate de desentrañar el papel real
que cumplen los diversos fenómenos llamados de comunicación en la sociedad
contemporánea y en la generación de subjetividades específicas; es decir, en la
vida cotidiana de los seres humanos.
Creo que no hay una consideración muy frecuente en estos términos, es decir, en
una aproximación filosófica, en un saber que vaya más allá de un análisis factual
de los fenómenos concretos que se llaman de comunicación. Con lo cual, se le
puede hacer críticas de distintos tipos o elogios, pero me parece que falta este
otro salto o, por lo menos, no es frecuente este otro salto de mirar los fenómenos
de comunicación como constituyentes de la subjetividades y no sólo como
instrumentos al servicio de una u otra idea o de uno u otros intereses.
No hay muchos practicantes. No es una profesión. Digo, yo no conozco muchos
que puedan decir “yo soy filósofo de la comunicación”, salvo algunos filósofos que
centran el fenómeno de la comunicación en su explicación o su concepción del
funcionamiento de las sociedades. Paradigmáticamente un filósofo como
Habermas, sociólogo y filósofo, tiene como punto de partida la idea de la relación
comunicativa para pensar la sociedad. Pero normalmente cuando se estudian los
fenómenos de comunicación, sobre todo de comunicación masiva, más bien
tienen una mirada sociológica, cultural, menos vinculada a cierta trascendencia
que es el vivir humano en concreto sobre la tierra.

-¿Por qué para usted es importante pensar, investigar y actuar políticamente desde los problemas de la memoria y la comunicación,
sin descuidar toda la complejidad de nuestra cultura?

-Me parece que son elementos centrales e irrenunciables si se quiere tener en
cuenta el lugar en que estamos en un momento determinado. Cuando digo en el
lugar en que estamos quiero decir: cómo hemos llegado a vivir de una manera
que puede ser valorada positiva o negativamente. Pero, en general, todo el
pensamiento crítico trata de perfeccionar las cosas; por lo tanto es crítico en el
sentido de no valorar todo positivamente porque si no, no habrían muchas
posibilidades de desarrollar el pensamiento. Entonces si la memoria no tiene un
lugar central o por lo menos muy relevante no tenemos elementos comparativos.
Ni podemos llegar a imaginar qué procesos hicieron posible que vivamos como
estamos viviendo.
Por lo tanto, la crítica se vuelve bastante menos sólida si no hay una reflexión,
una memoria, una memoria crítica de un pasado, porque ese pasado ha ido
generando las condiciones en las cuales estamos viviendo. Si se quiere pensar
analíticamente, reflexivamente, hay que tener en cuenta qué nos ha precedido
para que hoy vivamos en estas condiciones; porque todo ha sido en algunos
momentos construido, aun cuando son múltiples los caminos por los que
accedemos a nuestro presente.

-¿Y respecto de la comunicación?

-Bueno, así como la memoria, la comunicación es parte del quehacer humano
central. Si entendemos por comunicación el vivir juntos con otros, después
podrían venir infinidades de otros caminos de reflexión, como por ejemplo ¿qué
son los medios de comunicación?.Así la comunicación, lo mismo que la memoria,
son elementos centrales para convivir con el otro. La comunicación es siempre…
(Schmucler hace una pausa sonriente para continuar)… ¿es siempre? …debería
ser siempre por lo menos, el vivir con el otro. Pero para vivir con el otro tenemos
que tener formas de vincularnos con ese otro, formas de tener cosas en común,
que es el sentido más profundo y sustancial de la idea de comunicación.

-En algún momento se pensó que el consumidor de los medios
masivos de comunicación era un público construido por la
intersección de las normas y competencias diseñadas por el mercado
mediático, y otras normas y competencias provenientes de otros
ámbitos de esos actores sociales. ¿Hoy se puede seguir pensando que
las reglas del juego elaboradas e impuestas por el mercado mediático
han ingresado a esos otros ámbitos que mantenían cierta autonomía y
permitían ejercer una libertad o decir que no a tal información o
práctica social?

-Creo que no han cambiado mucho las cosas, solo que es más intenso. Pero no
diría que todo sea por la influencia de los medios, sino por la constitución de
sociedades que coinciden en su sentido común con lo que los propios medios
están suscitando o reflejan. Me parece que no hay demasiada distancia entre lo que dicen los medios y lo que la población vive en su propia experiencia o en sus
propios deseos. Los medios actúan, influyen y orientan, pero sobre la base de
otros presupuestos previamente aceptados; no creo que los medios actúen tan
decididamente.
Por lo tanto, esa posibilidad de “decir no” de la que hablas, es decir, de no aceptar
los criterios mediáticos de esta cultura o forma de instalación de pensamiento
colectivo, hoy tiene un componente indudablemente mediático en todo lo que se
llama comunicación masiva, medios de transmisión, medios de difusión de ideas,
de percepciones y de maneras de existir. Ahora, la posibilidad de negarse a las
formas dominantes que se publicitan ahí significa una manera distinta de
concebir las cosas.
Si uno tiene otras ideas, otras concepciones de su existencia cotidiana muy
difícilmente los medios influyan, pero hay que estar cargado de esto. A su vez, los
medios reproducen un pensamiento y una manera de existir colectivamente que
están instaladas en la sociedad, y que también son obra de los medios, pero no
como hecho exclusivo, sino que toda la práctica social y humana hoy construye
un pensamiento y una actitud ante el mundo que admite que lo que dicen los
medios sea aceptado.
En síntesis, yo no creo que haya un mundo sobre el cual los medios actúen, y que
los medios tengan el poder de modificarlo. O se modifica el mundo, el conjunto
de ideas que rige el funcionamiento de una sociedad, o esta especie de empatía
entre medios y público receptor va a seguir existiendo. Es decir que se trata no
solo de cambiar los discursos de los medios, sino también de cambiar el vivir
cotidiano, si es que uno no está de acuerdo con este vivir.

-El autor Nick Stevenson tiene un libro que se llama Culturas
Mediáticas y alude a éste fenómeno, donde en cierto sentido gran
parte de la cultura es difundida por los medios de comunicación y
esto modifica las formas de entender nuestras vidas. ¿Se puede
hablar en términos de una cultura mediática?

- Sí, se podría hablar, pero a mí me gusta hablar de algo más genérico todavía que
es lo que Guy Debord enuncia como Sociedad del Espectáculo. Así, la sociedad
misma vive espectacularmente, es decir como si estuviera actuando para ser
vista; o sea que hay una especie de simulacro de la existencia donde entra todo lo
mediático en un sentido amplísimo. Pero cuando hablamos de lo mediático se
habla o de intereses muy puntuales direccionados a convencer los intereses o de
esto otro, que me parece que es más acertado: de un mundo básicamente
espectacular.
Y los medios, todo esto que se llama lo mediático, muestran permanentemente el
mundo como un espectáculo. Aún en sus formas más simples, la televisión es un
gran espectáculo, los medios en general son como grandes espectáculos que se
ponen en escena.
Pero además, en la vida cotidiana todo se espectaculariza, el nacimiento de un
niño, un romance, un robo o la lucha política. Aparece todo como una
representación para ser vista con la expectativa detener cierta influencia sobre lo
social.Yo creo, que si decimos mediático en el sentido de la espectacularización de la sociedad, es legítimo.
Aunque hay que tener cuidado de creer que lo mediático es como una especie de
elemento externo a la existencia social cotidiana, porque no es un elemento como
tal sino es que vivimos así. Es decir, nos gusta un programa de televisión -para
decir algo- porque tenemos internalizado ciertos gustos y ciertas ideas de lo que
puede ser placentero o atractivo. Compramos un producto que se publicita
porque coincide con nuestra idea previa de lo que hoy es el consumo y posibilidad
de acceso a bienes que prometen el bienestar de aquel que lo consume.
Me parece que esta idea del bienestar a través de las formas de posesión de
objetos es una idea bastante difundida que no la imponen los medios, pero que
los medios la refuerzan. Insisto en esto, no separar las sociedades de los medios,
porque son un conjunto que o cambian todos juntos o no cambia nada.

-En nuestras sociedades occidentales pareciera que hay una premisa
democrática suprema: el estándar de consumo de una población es
índice de bienestar de las mismas. Sin embargo, cubiertas las
necesidades básicas de alimentación, salud, vivienda, etc., ¿de qué se
trata ese excedente de consumo?

-Hay una idea de la posesión de bienes como el logro del bienestar, y esto no está
demostrado salvo en la ficción: “usted va a ser feliz si tiene tal cosa”, entonces lo
compra y hace todos los esfuerzos para comprarlo y ser feliz, pero rápidamente
en la experiencia se da cuenta que la felicidad anda por otro lado.
Quiero decir que esta especie de gasto exagerado y superfluo que no responde a
verdaderas necesidades, llamémosle necesidades sustanciales de los seres
humanos, son parte del sistema económico vigente que necesita vender lo más
posible al mayor número de gente para subsistir. Pero está muy metida la idea de
que el que más tiene vive mejor; este es uno de los grandes temas que
seguramente preocupan a alguna gente.
Y cada vez va a ser un tema de mayor interés porque vemos que la infelicidad
humana no desaparece por la pura abundancia de bienes. Es un mecanismo de
un sistema económico y de un sistema cultural que generan una especie de
sentido común: tener para ser feliz, creer que la pura posesión de bienes traen el
bienestar, pero la experiencia no lo ratifica en todos los casos.

-¿Qué ser humano se realiza en la satisfacción de ese excedente?

-No lo sé, es muy difícil categorizar esto. Más bien hay una idea sobre lo humano
que cada uno tiene de acuerdo a sus convicciones, creencias, valores, entonces
uno puede pensar en la virtud o no de un ser humano, pero que dependen de los
valores de uno. Es muy difícil definirlo de una manera rigurosa, estricta.
Yo podría decir en líneas muy generales que cada vez más los seres humanos
están alienados de sí mismos, es decir que son ajenos de sí mismos, en el sentido
de que cumplen rituales que una estructura social establece como los adecuados,
pero que no tienen en cuenta lo más pertinente para que los seres humanos se
desarrollen y vivan en plenitud.
-¿Y qué lugar hay para la poesía y el éxtasis?

-Según la importancia que se les dé. Para decirlo genéricamente, diría que la
poesía, el arte en general son hechos gratuitos; quiero decir, no instrumentales,
sino que son expresión de la plenitud del sentimiento y la vivencia humana, no
ocupan un lugar privilegiado en el orden social instituido.
Dicho esto, diría no es lo que resplandece en todos lados el arte. Pero no deja de
existir porque hay núcleos que siguen sintiendo que en la realización poética de la
vida está un verdadero sentido.
Acá el link: http://www.revista-artefacto.com.ar/pdf_textos/64.pdf

Lanata: "Cristina inventa el mito de Kirchner para poder gobernar"

Posteo la entrevista que le hizo el diario Perfil al periodista Jorge Lanata.


El periodista analiza la política y la construcción de poder de la Presidenta, luego del fallecimiento de su esposo. Clarín, la corrupción y los negocios K.

El martes 18 de octubre, Jorge Lanata recibió a perfil.com en su departamento, para hacer un balance de lo que cambió luego de la muerte de Néstor Kirchner. Unos días después, el periodista fue internado por una disfunción renal, de la que se está reponiendo.
- Casi se cumple un año del fallecimiento de Kirchner, desde un punto de vista estrictamente político ¿La muerte de Néstor benefició a Cristina?
-Dicho así parece premeditado y en realidad no lo fue. El gobierno estaba en una crisis política grande, venía de perder una elección parlamentaria, había un punto donde Néstor no encontraba un lugar en la política, acordate que se había ido a Puerto Madero, estaba armando cosas...no estaba muy claro. Primero se había dicho que iba a desaparecer. Después él no podía con sí mismo, no podía desaparecer por su personalidad, seguía manejando todo.
Y estaba el tema del doble comando. El post 125 fue el peor momento político del gobierno, que tuvo un correlato en la realidad electoral, perdieron una elección. No es que les sale gratis, pero tuvieron una capacidad de recuperación muy grande. La muerte de Néstor ayudó a algo, cuyos efectos vamos a ver más adelante, que tiene que ver con la creación del mito de Néstor. La muerte de Néstor es un mito más de imagen que de contenido. ¿Te acordás de algún discurso de Néstor? Es curioso. Venimos de una época en la que nos acordábamos de los discursos de los políticos, y hace un tiempo en el que los discursos de los políticos quedaron vacíos. Siempre digo para saber si la nota es buena o mala es acordarte de lo que leíste. A veces uno lee a periodistas y dice 'que bien escriben' y después no te acordás lo que leíste. Los estadistas hacen discursos y proponen cosas y en general te acordás de los discursos. Bueno no me acuerdo de una frase de Néstor. Sin embargo, hay un fanatismo como no hubo nunca desde Perón para acá. Nunca se inauguraron tantas plazas, obras públicas, libros, campeonatos de fútbol...

-¿Y por qué se da eso?
-Es una construcción deliberada, audaz e inteligente de parte del Gobierno. Creo que empieza con el velorio de Néstor, Cristina necesitaba ese mito para gobernar. Cristina inventa el mito de Kirchner para poder gobernar. Néstor es una invención de Cristina, pero es una invención en proceso, que no está terminada. Yo trabajo en la "Cadena Ser" de España y una vez por semana hacemos una tertulia, con Vargas Llosa, Boris Izaguirre y otros. Cuando conté por primera vez al aire que a Néstor ella lo llamaba “El”, se rieron diez minutos. A nosotros nos parece normal, pero no lo es. No es normal que lo llame “El” como si fuera Dios.

-Pero obviamente el duelo existe...
-Por un lado el duelo es una prerrogativa personal y hay que ser respetuoso con eso, es difícil decirle a una persona en que momento dejar de estar de duelo. Cada uno verá en su corazón cuando deja de estar de duelo o no. Pero es difícil no evaluarlo políticamente porque Cristina es una persona política. No es casualidad lo que hace. En los avisos electorales aparecía de blanco, de espaldas, no de negro Ese aviso lo debe haber visto. Debe haber pensado que hago 'lo dejo o lo saco'. Eso se transforma en un símbolo. Ya no es inocente que lo siga teniendo luto. No es que lo usa deliberadamente, lo usa porque es lo que le está pasando y encontró una manera de capitalizar eso políticamente. Ella, a lo mejor sea más animal político que Néstor. O entiende la política de otra manera, Néstor la entendía como un juego de alianzas, ella no, ella la entiende como algo más cerrado, mucho más de orga. La mesa chica de ella es chica realmente y es cada vez menor, Zanini, Boudou, cada tanto, De Vido, uno nunca sabe si lo dejan o no estar ahí. Ella tiene una pequeña relación con María Laura Leguizamon, pero más como de una confesión personal, no política

-¿Te parece peligrosa la construcción de Néstor como un mito?
-Los mitos se construyen de abajo para arriba. Nadie decide si hacer un mito, lo decide la gente. Si un mito se construye al revés a mi no me gusta porque me parece que se hace por algún motivo que no es legítimo. 

-¿Pero esa construcción no empezó justamente desde abajo, con la masividad que tuvo el velatorio de Néstor?
-Sí, fue masivo y hubo una partipación de jóvenes que para muchos fue inusitada, pero también hubo una preparación televisiva para el velatorio, con tipos a los que hicieron saludar dos veces ante la cámara...no hubo tanto de improvisación como parecía. Fue todo muy armado. Uno hubiese esperado que en una situación de dolor no hubiese estado todo tan premeditado...

-Sí, lo único que no se pudo manejar fue el mal clima que se vivió cuando llegó Moyano al velatorio y que se atribuyó a que Néstor había discutido con él muy fuerte la noche antes de fallecer.
-Sí. Bueno, también después, en las biografías, que más que biografías son como las exégesis que se escribieron después sobre Kirchner, se han contado distintos finales. De que ellos estaban juntos, no estaban juntos, si estaban con tal o con cual, y por poco murieron haciendo el amor... sabemos que no es así. Kirchner murió en el hospital, no murió tampoco en su casa.

-¿Eso formó parte de la construcción?
- Para mí es parte de lo mismo, el cómic de la Cámpora con El Eternauta. El transformarlo en un personaje, las canciones...

- Es verdad, pero también toda esa construcción del mito es evidentemente peronista.
- Yo creo que este gobierno es muy peronista en muchas cosas. Y si vos ves un poco la historia del primer peronismo, hay un montón de paralelos. Yo siempre recomiendo el último libro de Pablo Sirvén, sobre el primer gobierno de Perón y la relación con la prensa, donde ves ahí calcada la pelea que hoy está sucediendo con Clarín, pero que era el diario la Prensa. Y lo que está pasando hoy con Papel Prensa, no se llamaba Papel Prensa, pero la discusión era la misma. El Estado quería garantizar la provisión de papel y el cupo de papel a los diarios opositores. Por eso salían ediciones de diarios de seis, ocho páginas. No había plata para papel. Pero la discusión era muy parecida. Y la introducción a medios de comunicación de capital privado vinculado al gobierno que es lo que está pasando hoy también, porque cuando se habla de medios estatales, no se habla solamente de Canal 7. Acá hay mucho medio paraestatal. ¿Qué es electroingeniería? Es cierto, no es un medio, pero tiene medios y forma parte del aparato del Estado. ¿Spolsky no forma parte del aparato del Estado? ¿Wirtz no forma parte del aparato del Estado? Son empresas privadas, pero son casi empresas mixtas.

- No sólo ideológicos, sino que son aparatos económicos del Estado.
- Aparatos económicos del Estado que forman parte del aparato económico oficial. Eso es típico del primer peronismo. Y la división social, la grieta, que también va a ser difícil de superar con los años, de gorilas-no gorilas, también es del primer peronismo.

- ¿No es anacrónico que sean los jóvenes los impulsores de esa división entre gorilas y no gorilas?
-Es que es un tipo de discurso que es lógico que cale muy fuerte en los pibes, primero a veces por ignorancia de los propios chicos. Después porque son más fáciles de manipular los chicos que los grandes. Y también porque es un pensamiento fácil. Cuando a vos te dan todo digerido y te dicen que el enemigo es este, dale para allá, bueno, allá vas. Es de alguna manera un pensamiento despeinado, en el sentido de que va contra corriente, es contra poder, o por lo menos es aparentemente contra poder. Es lógico que los chicos se enganchen con eso. Vamos a desobedecer. No está mal como actitud de los chicos, el problema es si los grandes lo usen de manera cínica.

- Pero no es desobedecer al poder del Estado, sino desobedecer a otros poderes.
- Esa es la paradoja que tienen con la Cámpora. Que en una época era como el supuesto ejemplo de militancia y hoy es un grupo de yuppies que tratan de manejar empresas. Y bueno, en esa contradicción están. Y por eso muchos tipos que sí tuvieron que ver con la Cámpora, hoy dicen: “hey, chicos, no es por ahí”. O sea, hacíamos otra cosa, nosotros íbamos a las familias a militar, no íbamos a la gerencia de Aerolíneas...

- ¿Por qué crés que los hechos de corrupción o los de violencia protagonizados por Moreno no parecen afectar el caudal político del Gobierno?
- A ver, hay varias cosas ahí. Primero, a lo mejor no estamos hablando de valores que sean compartidos por toda la población, primero. La gente a veces no tiene preocupaciones institucionales. Y a veces hace bien en no tenerlas porque el Congreso es un desastre, porque las instituciones son un desastre también. La gente prioriza otro tipo de cosas. Y más en los sectores más bajos. La situación económica tiene importancia y es lógico que lo tenga. Ahora esas cosas también pasan. Digo, también hemos visto que en la época de Menem nadie se cuestionaba nada hasta que se empezó a cuestionar. O sea, mucha gente está asombrada de que saque más del 50 por ciento, pero todas las reelecciones fueron con el 50 por ciento. No sería la primera. Menem ganó con el 49.97, Perón gano con el 62 y todas las reelecciones después fueron un desastre. O sea, eso no indica nada al principio. Vos podés tener un gran apoyo que después se diluye. Yo creo que es un momento de prioridades de épocas, que hay momentos en los cuales la gente puede estar preocupada por unas cosas y después por otras. No creo que esas preocupaciones sean definitivas, para nada.

-Pero estamos hablando de hechos violentos...
¿Molesta que Moreno sea un patotero? Y no, pero algo de patoteros seremos los argentinos también, si no, hubiera molestado mucho antes, cuando le ponían la pistola en la mesa de negociación a un empresario. Y sin embargo, la gente se ríe, es como una piolada. “Le puso la pistola… “ Somos eso también. Veamos qué somos. Porque no somos un grupo de suizos parlamentaristas. Somos esto que somos.

- ¿No creés que quizás Cristina va a empezar a extrañar a Néstor en su segundo gobierno?
- Yo creo que Cristina va a ir por la re-reelección. En principio, yo nunca vi un peronista que pudiendo ganar, se vaya. A mí me parece que es intrínseco al ADN peronista quedarse en el poder. Además, los antecedentes históricos indican que va a ser así porque ¿por qué ella votó la reelección en Santa Cruz y no lo haría acá? Y por otro lado, no hay figuras de recambio. Hace muchos años que están gobernando ya. No es que llegaron el año pasado... y en todos estos años no lograron generar figuras de recambio. Vos fijate que si ella no se hubiera presentado ahora, no había quién. O el otro que había no era kirchnerista, que era Scioli. O sea que si ella no se presentaba el kirchnerismo desaparecía como tal. Yo no me lo imagino a Boudou representando al kirchnerismo… Aparte Boudou tiene todo el perfil de un ministro que en cualquier momento va a tener problemas. Porque se empieza con la guitarrita, y se termina con cualquier cosa. Pero supongamos que no, que todo transcurre normal y que Boudou es Churchill, tampoco lo veo a Boudou como reemplazante kirchnerista de Cristina.

- A lo mejor en estos cuatro años surge una alternativa.
- Es difícil decir eso, qué sé yo. Puede ser.Es mucho tiempo y esto es Argentina y cualquier cosa puede pasar. También a lo mejor con el tiempo Macri se da cuenta de que es peronista y se presenta como peronista.

- ¿Quién reemplazó a Néstor en el armado político del kirchnerismo?
- Nadie. Ahora hay unmodelo más cerrado. Con una cosa rara también, porque uno podía suponer que alianzas espurias hechas por Néstor iban a terminar, pero Cristina finalmente las mantuvo. Nunca se peleó. Era curioso: cuando ella estaba por asumir, había un discurso que no era oficial porque no podía ser oficial pero que venía del gobierno que era 'Ahora se acaba el curro. Viene Cristina y se acaba el afano. Cristina no acepta quilombos'. No se fue nadie. El tipo que hacía negocios con Néstor hicieron negocios con Cristina. Les habrá sonreído menos, se habrán encontrado menos, pero los negocios siguiendo estando. En ese sentido a mí me parece que también hay mucho de show off ahí. Yo no puedo creer en serio que Cristina esté en contra de la corrupción sinceramente, porque la corrupción sigue estando. O no tiene poder y no lo puede controlar o tiene poder y lo avala.
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