miércoles, 15 de octubre de 2008
Mil Mesetas
Un libro extraordinario. De mucha dificultad, hay que traer un sedimentación previa de algunos conceptos para ir siguiendo la fuga de los autores. Es un libro que se cotiza, para mi bolsillo es caro. Sin embargo, vale la pena el esfuerzo. A veces, cuando lo leo me siento perdido, como que no se para donde va a ir... y de repente una línea que condensa todo de forma tan clara que es de una increible bellesa. Al leerlo, me pontencio, me entrego a la lectura sin más.
Del capítulo 2, "1914 ¿uno sólo o varios lobos?", comparto un breve fragamento que me parece de una lucidez genial:
"(...) No hay enunciado individual, jamás lo hubo. Todo enunciado es el producto de un agenciamiento maquíneo, es decir, de agentes colectivos de enunciación (no entender por "agentes colectivos" los pueblos o las sociedades). El nombre propio no designa un individuo: al contrario, un individuo sólo adquiere su verdadero nombre propio cuando se abre a las multiplicidades que lo atrviesan totalmente, tas el más severo ejercicio de despersonalización. El nombre propio es la aprehensión instantánea de una multiplicidad. El nombre propio es el sujeto de un puro infinito entendido como tal en un campo de intensidad".
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