lunes, 30 de julio de 2012

"No maté a Mafalda: dejé de dibujarla"

Joaquín Lavado acaba de cumplir 80 años. Recuerda su niñez feliz en Mendoza. Dice que el mundo que evocaba Mafalda está más vigente que nunca y revela que Felipe es el personaje más autobiográfico que ha creado.


Por Magdalena Ruiz Guiñazú
¿Cómo no sentir afecto y admiración por un hombre que ha sido traducido a 26 idiomas (y que, en Argentina, vende 20 millones de ejemplares) cuando dice en voz muy queda: “Yo soy más de dibujar que de hablar…”? Su modestia le impide observar que sus dibujos son, de por sí, una conversación y a lo largo de una tarde de invierno en el departamento al que sonríe desde lo alto la máscara insignia de la Casa del Teatro, Quino explica:
—Nunca tuve ayudantes. Siempre trabajé solo y… –aquí habla un poco para sí mismo como quien entreabre la puerta del tesoro. Te cuento que tengo un dibujo muy viejo que publiqué en “Rico Tipo” en el que se ve a gente en el cementerio corriendo detrás de un ataúd. El ataúd tiene cuatro ruedas y un motorcito y los amigos que van corriendo dicen: “Nunca quiso que lo ayudaran”… ¡Bueno, ese tipo soy yo! Nunca pude trabajar en equipo. Con el único que trabajé fue con el cubano Juan Padrón que hizo los cortos de Mafalda y también otras peliculitas mías con páginas de humor. A él lo ayudé digamos a hacer el argumento de esa peliculitas pero… nada más! Te repito que fue la única vez que trabajé con alguien en equipo. ¡Lo conocí y nos enamoramos muchísimo! Ahora hace mucho que no lo veo porque no ando por Cuba pero fui allí 9 veces y estuve trabajando con él todo el tiempo y lo pasamos muy bien…
—No sé si es una leyenda pero por ahí corre la historia de una agencia de publicidad que te encargó un personaje “con familia” para un producto comercial y que luego no lo quiso. Ese producto era Mafalda y vos la dejaste en un cajón durante varios años…
—Sí, sí, era para una campaña… Además en esa agencia trabajaba Norman Briski. Pasó algo muy curioso: me avisó Miguel Brascó que estaban buscando quién dibujara a una familia para lanzar las heladeras Siam con la marca Mansfield. Entonces había que buscar un nombre que tuviera la M, la F etc. Bueno, y ¡así salió Mafalda! La idea era regalarle la tira a los periódicos como si fuera una historieta “normal” en la que se usaban electrodomésticos de esta marca. Los diarios entonces dijeron “¡Ah, no! ¡Esta publicidad la tienen que pagar!”. Así es que nunca se hizo nada y a mí me quedaron esas 12 tiras de historieta.
¡Así empezó Mafalda!
—Entonces ¿qué hiciste?
—Como te conté fueron a dar a un cajón hasta que un amigo, muy amigo, Julián Delgado (desaparecido durante la dictadura) y que era director de “El Cronista Comercial” y de la revista “Mercado”, me preguntó si, además de la página de humor que hacía para “Mercado”, no tenía alguna otra cosa distinta. Y así fue que le di las tiras que me habían quedado y ¡él comenzó a publicarlas en la primera página del diario! No me dijo nada y yo me encontré, de pronto, con un personaje que no conocía (diez o doce tiras no son suficientes para conocerlo). Entonces, bueno, me puse a imaginar (ya que tenía que seguir con esa historieta) cómo iba a ser el personaje. En aquel momento había un movimiento feminista tan grande en todo el mundo que pensé: “¡esta niña tiene que ser una protestona. Tiene que proponerse reivindicar los derechos de “las chicas!” Y así empecé con ella. ¡Después nacieron Manolito y toda esa gente! ¡El asunto era que las primeras tiras de Mafalda eran hechas con el mecanismo en el que Mafalda leía el diario o escuchaba un noticiero y entonces les preguntaba a sus padres por qué había guerras y todos los desastres que hacemos los humanos! Hice otras treinta o cuarenta tiras hasta que me cansé de esa rutina y pensé que había que poner a alguna otra persona. Dibujé entonces primero a Felipe que era lo contrario de Mafalda. Felipe fue la caricatura de otro amigo, un periodista, Jorge Timossi. ¡Así fueron surgiendo todos porque me cansaba tener sólo a dos protagonistas! Entonces puse a Susanita, a Manolito y… ¡bueno, con personajes sacados de la vida real fui avanzando… –se ríe quedamente–  Manolito era el padre de Julián Delgado que era panadero y no quería que su hijo fuera periodista! Un día entonces Julián se peleó mucho con su padre y se vino a vivir a donde yo vivía. Era en lo de una señora que alquilaba dos piezas en una casa muy linda de Belgrano, frente a la casa de los Alsogaray… ¡en aquellos tiempos María Julia era muy chiquitita  y aún no se había puesto a limpiar el Riachuelo!, termina en una carcajada.
—Bueno… qué barbaridad… –sigue recordando Quino– y luego añadí a Migue que era un sobrino mío que hoy es flautista y tiene cuarenta y tantos años y toca con la Sinfónica de Chile… y de la vida real, creo que no hay más…
—Los libros de Mafalda son diez ¿no?
—En la edición argentina, sí.  En España, con una división un poco distinta son once…
—Pero cerraste la historia. ¡Qué lástima! Hubiéramos querido ver a Mafalda abuela o divorciada o enamorada… ¡qué sé yo!
Quino se ríe: —¡No! ¡No! Para mí es un dibujo. Hay gente que me dice “¡Cómo, un dibujo!, si nos ha acompañado tanto! Es una persona...” Pero para mí, no. Es sólo un dibujo como cualquier otro de los que hago en humor… Leí una vez un libro de Pirandello en el que decía que, una vez que uno crea un personaje después ¡la gente se lo apropia! Y hace con el personaje ¡lo que se le da la gana! Sí, ocurre eso con la gente. Se lo toman como… Te reitero: he oído mucho eso de “¿por qué mataste a Mafalda?” Y yo no me canso de contestar: “No la maté. ¡Dejé de dibujarla!”
—Lo notable es que el mundo se apropió de Mafalda –me equivoco– Tiene una mentalidad que encontrás ¡en todos lados!
—¡Pero, no! –protesta Quino– ¡Vas a Rusia y no la conoce nadie! ¡Vas a cualquier país africano y, tampoco! En lengua inglesa nunca anduvo demasiado bien. En un momento se publicó en Australia pero nada más.  En los países de América latina, sí. En muchos es conocida. Lo mismo ocurre con los países más latinos de Europa: Grecia, Portugal, España, Italia… También es cierto que los sindicatos anarquistas franceses la han lanzado como volante de protesta. Las feministas italianas, muchísimo y, de vez en cuando, ¡la usan para protestar en algún país de América latina!
—¿Países asiáticos no?
—Sí, está en China. En realidad, en China primero la piratearon pero el editor era un inglés que publicaba en China… ¡No es raro que un inglés sea pirata! –se ríe con ganas–. Luego, se publica sin ser pirateada ¡pero ésos no pagan nada! ¡Tampoco sé cuánto venderán! No creo que demasiado. Y luego en Japón se editó alguna vez… Y te explico: que se haya editado en determinados países no quiere decir que se publique porque en los estados nórdicos, por ejemplo, se publicó en todos y anduvo bien en los periódicos pero no como libro. Se vendió poquísimo. También hay una edición en lengua gallega que tampoco se vendió nada. En la edición catalana ocurrió lo mismo. Se sigue vendiendo pero muy poquito. ¡Bueno, yo nunca imaginé que se podía transformar en un fenómeno tan extraño! ¡Bah, extraño, no. Porque las cosas que yo decía ahí siguen sucediendo hoy exactamente igual o peor! Por eso, cuando me preguntan a qué atribuyo el éxito de este personaje yo creo que hay que atribuirlo ¡justamente a que esas cosas  siguen sucediendo! Mirá, Sabato me dijo una vez que los problemas que yo trataba en esa tira eran simplemente los problemas humanos siempre presentes en la historia del hombre: la relación entre padres e hijos; la escuela; el trabajo; las broncas y los amores que uno se agarra con los amigos… ¡Supongo que será por eso! Ahora, cuando los chicos de hoy vean que en mi historieta no hay computadoras y esas cosas creo que, dentro de poco, van a dejar de leerla! ¡En realidad son los padres quienes los inducen a leerla!
—Sin embargo, en la Feria del Libro Infantil, los chicos no pararon de sacarse fotos con vos?
—Sí, es cierto. Ayer había mucho público infantil. La semana pasada, en cambio, en gran parte eran mayores.
—Quizás Mafalda es más un personaje para los padres que para los chicos…
—En el diario “El Mundo” se publicaba en la página de los editoriales y no en la de las historietas. Siempre fui…Mirá, también siempre me consideré un periodista que dibuja pero, en realidad, muchas veces, ¡de humor no tengo nada! Soy medio trágico…
—Diría que, más bien, tenés un humor corrosivo… le tomás el pelo a medio mundo…
—Eso, sí –acepta Quino–. Bueno, lo he admirado a Gila. Los dibujantes españoles siempre me han atraído mucho.
—Pero, ahora, que ya la has matado a Mafalda ¿cómo es tu día?
   Con serenidad, Quino explica su vida diaria:
—Estoy luchando con la vista. Tengo una cantidad de problemas en ese sentido. Por lo tanto me cuesta mucho dibujar. Estoy tratando de hacerlo pero hace ya cinco años que no dibujo nada… O sea que mi vida es… Leer, con bastante dificultad. Escuchar música y mirar libros de humor… Estoy leyendo ahora a Baremboim que me encanta como persona y como músico. Y también como político. Ha logrado algo que nadie había hecho: reunir a Palestina con Israel. Esa orquesta tiene todo un significado político. El que estaba por lograrlo era Rabin cuando lo mataron.
   Hay un breve silencio en el que llegan, lejanos, los rumores del tráfico en la avenida Santa Fe.
—Me gustaría volver a dibujar… –retoma Quino–. Me he comprado una mina muy blanda que tiene la línea más oscura y logro verla mejor. Pero mi problema fue siempre dibujar primero con lápiz y luego pasar a tinta. Nunca fui capaz, como Fontanarrosa, que agarraba la lapicera de tinta y dibujaba directamente! A mí siempre me costó bastante dibujar. En las tiras de Mafalda yo copiaba de un cuadrito al otro para que me salieran  los personajes porque, ¡si no, no era capaz de hacerlos iguales! –se ríe–.
—Modestamente no querés reconocer ahí tu genialidad. Pero sigamos con tu historia, Quino. ¿Cómo era tu casa cuando eras chico?
—En su aspecto era la típica casa romana partida al medio como han construido los italianos por todos lados. La mía, en Mendoza, era una casa estrecha, con zaguán. Una casa chorizo que en el fondo tenía un patio de tierra. Había allí múltiples hormigas. ¡De varias tribus! Y como vivíamos al lado de un aserradero ¡había lauchitas en la casa! Pero lauchitas de las bonitas, simpáticas. Las grises, muy chiquitas y con el hocico rosado. Yo jugaba mucho en ese patio. Jugaba solo. Mi hermano mayor me llevaba siete años y, el otro, cuatro. Por eso siempre jugué como un solitario. Nunca por ejemplo, en la calle, a la pelota, con otros chicos. Esas cosas que hacen los chicos ¿no?
—¿Pero tu papá y tu mamá dibujaban o pintaban?
—No. El que era de dibujar era mi tío Joaquín con el que me crié bastante. Era dibujante y pintor acuarelista. Trabajaba en el diario “Los Andes”. Hacía los avisos de los cines y como trabajaba parte en el diario y parte en su casa, para mí se volvió muy normal que alguien dibujara en su casa y que, luego, apareciera ese dibujo ¡en el periódico! Cuando le dije que quería ser dibujante me dijo que ¡no, que me iba a morir de hambre! Esas cosas que suelen decir los padres de familia! Pero también me ayudaron muchísimo. Cuando me vine a Buenos Aires mi hermano mayor me mantuvo hasta que yo empecé a publicar…
—Una familia en la que se quisieron mucho. Algo muy importante.
—Sí, sí. Eso sí. Y ahora que estuve en Mendoza para mi cumpleaños fue toda la familia y el hermano que vive en Chile, también. Muy lindo… fue muy lindo… –recuerda pensativo–. Y, sí…Nos queremos mucho todos…
—Los que te conocemos poco o sólo a través de tu obra, pensamos que sos un hombre feliz, Quino. ¿No sé si es así?
—Tengo tendencia a amargarme. Desde chiquito me amargaba ¡porque sabía que tenía que hacer el servicio militar! En la escuela me amargaba durante las vacaciones pensando ¡cuándo iban a empezar las clases otra vez! ¡Mirá, lo de Felipe es absolutamente autobiográfico. La timidez y amargarme con el colegio! Y luego… sí, en el servicio militar salía los sábados de franco y el domingo a la mañana ya estaba con un terrible mal humor de sólo pensar que tenía que volver al cuartel. Así es que siempre he tenido esta tendencia… ¡bah, el sentido trágico de la vida!
—Bueno, la vida “es” generalmente trágica ¿no es cierto? Lo que pasa es que quizás hay gente que la sabe mirar de una determinada manera…
—Claro. Sí, sí… Pero tampoco mi objetivo fue hacer reír como Fontanarrosa que comentaba: “el mejor piropo es decirme que se han reído muchísimo con mis libros”. Yo quise, en cambio, hacer pensar más a la gente. Y siempre sentí como una tarea el que la gente se diera cuenta de lo que eran la sociedad y la política.
—En las librerías de viejo aún se encuentran los libros de chistes que publicó Lino Palacio con el seudónimo de Flax acerca de la Segunda Guerra Mundial…
—Sí, el hacía los dibujos y el texto…–Quino recuerda–. Por ser hijo de republicanos españoles yo le tenía un poco de idea! Yo era bastante de izquierda y ¡me molestaba que no le cayeran realmente mal Hitler y Mussolini! Por lo menos no los criticaba demasiado. Pero tenía muchos otros personajes. Ramona, por ejemplo. A mí me gustaba el Cocinero y su sombra. Era algo muy difícil de hacer: todos los gags eran entre el cocinero y su sombra. Había un litigio permanente entre ellos.
—Tuvo una muerte trágica…
—Espantosa… realmente atroz…
   Recordamos el asesinato de Palacio y su esposa. Un episodio terrible. Pero también volvemos a una época en la que las revistas tenían una gran importancia.
—En mi casa –explica Quino– se compraban El Tony, Patoruzú, Rico Tipo y creo que el Tit-Bits. A mí me sorprendía el hecho de que mi padre, que trabajaba en una tienda en Mendoza, comprara todas esas revistas cuando para comprarse un traje tenía que pedir un crédito a diez meses y buscar a un amigo que le diera la firma etc. Siempre pensé entonces que, o las revistas eran muy baratas o la ropa, ¡muy cara! Además era el único jefe de sección que no tenía coche, ¡por ejemplo! Siempre alquilamos casa. Nunca tuvimos una propia. Cuando aparecía el dueño de casa y aumentaba el alquiler ¡era todo un problema! Una preocupación que se repetía siempre.
—¿Y vos?
—Bueno, Alicia mi mujer es muy buena administradora, así es que apenas pudimos… Cuando nos casamos vivimos durante dos años en la pieza de servicio del departamento de sus padres y luego compramos un departamentito en San Telmo donde han puesto una figura de Mafalda en la esquina. Ahí vivimos siete años y luego nos mudamos a Almagro. Finalmente, vinimos para aquí…
Un departamento muy bien ubicado en el que la luz y el sol entran a raudales e iluminan los preciosos recuerdos que ellos han atesorado con un enorme buen gusto.
   Seguimos recorriendo el fascinante mapa de vida de este hombre que creó a Mafalda.
—Para mí el ídolo era Divito! –confiesa–. Mi máxima aspiración era ser su ayudante! Además de haber creado “la chica Divito” (todo un estilo), era un playboy para la época! Siempre tenía mujeres muy lindas. Como Amelia Bence, por ejemplo. Además Divito era muy elegante. Era la época del pantalón-chaleco… –recuerda risueño–. Yo lo quería muchísimo. El hacía los dibujos en lápiz, yo los pasaba a tinta…
—¿Llegaste a ser su ayudante?
—No. Yo dibujaba muy mal pero las ideas me gustaban realmente. Sufrí mucho cuando, después de cinco accidentes, se terminó matando en Brasil al chocar con un camión…. –Quino se sumerge en los recuerdos–. Fijate que, incluso, yo le había comprado un libro de Sempé (el famoso dibujante francés) y él me dijo que se lo guardara para cuando volviera de Brasil… “Me lo das cuando vuelva…” dijo. Me quedé entonces con el libro, claro, y regalé el que ya tenía…
—¿Sempé era el dibujante extranjero que más te gustaba?
—No. También Bosc y Chaval. Excelentes. Los conocí en Paris-Match cuando yo tenía 18 años. Fue ahí cuando me dije: “Tengo que dibujar. Este es el camino a seguir.” Y así empecé. Bosc y Chaval publicaban una página entera cada uno y aquí, entre nosotros, dos dibujantes los siguieron pero, me parece, demasiado de cerca. Te hablo de Basurto (que dibujaba exactamente igual que Chaval) y luego Viuti que hacía lo mismo con Bosc. Pero, bueno… son cosas que pasan!
—¿Y las tiras  como “Hogar, dulce hogar” con el bueno de Dagwood como padre de familia?
—Sí, yo en Mendoza la leía siempre en “Vosotras” que compraba mi tía. Era una historia muy buena. Además, como mi tío era dibujante publicitario compraba muchas revistas norteamericanas para documentarse. Siempre recuerdo las tapas del “Saturday Evening Post” ¡que dibujaba Norman Rockwell! Creo que los dibujantes norteamericanos me influenciaron mucho. En “Patoruzú”  también había gente talentosa como Domingo Masone (dibujaba Capicúa) y en cuanto a dibujantes de historietas, digamos, más serias, está José Luis Salinas. Por ejemplo  hacía “Ednam, el corsario” con unos dibujos estupendos. Aquí, en Argentina, ha habido dibujantes buenísimos. Yo lo quería mucho a Oski. Fuimos muy amigos. Lo mismo con Landrú. Ibamos mucho a Mar del Plata los fines de semana. Como tenía una Estanciera yo aprovechaba para que me llevara. Durante toda la época de “Tía Vicenta” la pasé muy bien con Landrú (Juan Carlos Colombres) y con Carlos del Peral que era el vicedirector. Claro… ¡hasta que Onganía la cerró! Carlos del Peral tambien hizo “Cuatro patas” que duró cuatro números ¡y que también fue cerrada por Onganía! –se ríe quedamente–. ¡Qué barbaridad! Las cosas que hemos visto en este país! Cuando, desde Mendoza, llegué a Bs. Aires con mi carpetita debajo del brazo empecé a recorrer redacciones y me decían “¡de política ¡nada!”; “de sexo ¡nada!”. Así es que me crié como dibujante aprendiendo a autocensurarme!
Muy feo. Trataba de hacer metáforas con algunas ideas…
—Bueno, hoy, en democracia, en el más alto nivel, se han referido a los dibujos de Menchi Sábat como “cuasi mafiosos”!
—Sí, me acuerdo. Qué barbaridad! Se está poniendo fea la cosa con la prensa. He visto una sola vez el programa de Lanata pero parece que entrevistó a una señora que tiene una panadería en Tucumán y después de eso le cayó la AFIP…
—Como al de la inmobiliaria por haber hecho un informe que molestó a la Presidenta que ¡gentilmente le mandó también la AFIP por cadena oficial!
—Qué cosa! –suspira Quino.
—Bueno,  hay que estimularse con otras conductas. Por ejemplo veo sobre tu escritorio las “Obras poéticas” de Borges…
—Sí, me gusta muchísimo Borges. Como todo lo que ha hecho. Es la primera vez que me regalan un libro de poesía. Y me encanta. Eso de “…fue por este río que vinieron las naves a fundarme la patria…” ¡me parece una maravilla! Te repito que todo lo de él me parece una maravilla. Me gusta mucho leer. También Sabato, también Cortázar. Y siento una gran admiración por Alfonsina Storni. Me emociona muchísimo. También hemos sido muy amigos con María Elena Walsh. –Quino se ríe silenciosamente:– Fuimos muy amigos hasta que… no sé qué cosa dijo que me cayó mal. Se lo comenté y ¡no le gustó mucho! Pero, bueno, yo la quería mucho.
—Y si, mágicamente, volvieras a ser chico ¿elegirías dibujar?
   La respuesta es inmediata:—Sí. Nunca me hubiera imaginado haciendo otra cosa. Bah… me hubiera gustado, sí, tocar algún instrumento. El piano, por ejemplo. Me gusta mucho la música. Me hubiera gustado… bueno, toqué la armónica cuando era chico… Te diré que cuando la música es buena y está bien hecha, ¡me gusta todo! En cuanto al folklore, aunque te parezca extraño, lo que más he escuchado es música turca.
—¿Por qué?
—Mirá, por razones familiares también me gusta el flamenco pero la música turca nunca repite la melodía cantada sino que los instrumentos de la orquesta van haciendo variaciones sobre el tema. Entonces, no te cansa nunca!
—Y, a propósito de cansancio ¿vos no creés que los jóvenes se han cansado un poco del humor?
—Sí, creo que ha desaparecido bastante. Cuando yo era chico había muchísimas películas humorísticas: el Gordo y el Flaco, Chaplin que era de llorar y reírse pero también estaban Danny Kaye, Red Skelton, Jacques Tati… y ese cine ha desaparecido completamente.
—También en Italia, Sordi y Gassman no han tenido herederos…
—De acuerdo. Porque Benigni… no, no… Bueno, me gustaba mucho cuando lo empecé a ver en Italia por televisión pero, luego, las películas que ha hecho…Inclusive con “La vita é bella” me chocó un poco que tomara un tema así en solfa… Después, la vi otra vez y la cosa no me pareció tan grave… Y volviendo a la época del humor fijate que aquí en radio, por ejemplo, estaban Codecá, Niní Marshall, Sandrini, el Zorro, los Cinco Grandes del Buen Humor… había para elegir.
Desgraciadamente esto ha desaparecido.

Acá el link: http://www.perfil.com.ar/ediciones/2012/7/edicion_698/contenidos/noticia_0013.html

jueves, 26 de julio de 2012

Roberto Arlt, el mejor de todos

POR Juan Mendoza


Hace 70 años moría el gran novelista argentino. Popular e incisivo, describió los cambios de paisaje y subjetividad de su época. Todavía influye a los escritores.

El 26 de julio de 1942 moría en Buenos Aires Roberto Arlt. Tenía sólo 42 años y su muerte pasó casi inadvertida para la prensa. Por aquellos días los Aliados combatían contra los alemanes en Egipto y empezaba una nueva etapa de la Segunda Guerra. En Argentina fue un domingo “plomizo”, como a él le gustaba llamar a los días nublados. Entre las noticias literarias, las revistas estaban ocupadas en el desagravio a Jorge Luis Borges, por entonces relegado del Premio Nacional de Literatura.

Lo velaron en la misma sede del Círculo de la Prensa donde unas horas antes había ido a votar. En la ceremonia de despedida habló el escritor Nicolás Olivari y el poeta Horacio Rega Molina leyó un soneto. Al día siguiente, el diario El Mundo sacó su última aguafuerte: “Un paisaje en las nubes”. Unos días después el periodista Augusto Mario Delfino escribió: “Lo cremaron en el cementerio del Oeste. Bajo el cielo gris, alzándose en la lluvia, una nubecita de humo blanco anunció el fin”.

Por sus Aguafuertes , la popular columna que escribió desde 1928, se destilaron sus temas: su ácida mirada sobre el amor y la política, el dinero, la traición, las ciencias ocultas, las modificaciones en el paisaje de la ciudad, con sus “chimeneas de carbón”, “sus “torres de transformadores de alta tensión” y las nuevas fantasías y delirios de sus habitantes. Autor de novelas centrales de la literatura argentina y de relatos como los de El criador de gorilas (1941), Arlt también se destacó como dramaturgo, llevando adelante él mismo muchas de sus puestas en el Teatro del Pueblo: obras como África , en 1938.

Como si todavía siguiera escribiendo, con los años su obra se ha agigantado. Es un ineludible punto de referencia para escritores y críticos como David Viñas, Adolfo Prieto, Oscar Masotta, Horacio González, Alan Pauls. Entre los libros sobre Arlt más importantes de los últimos años se destaca Arlt va al cine de Patricio Fontana (2009), un exquisito paseo por las películas y los cines que alimentaron su escritura.

Como crítico, siempre simulaba evitar los bultos de la historia: ir a la trama, destacar la actuación de un actor y esos aspectos que entran en los afiches. Él sencillamente veía otras cosas. Reparaba en algo que aparecía perdido en algún ángulo de la pantalla, y tenía un “caprichoso” sistema para distinguir entre las buenas y las malas películas. Esto le valió que lo terminaran enviando a reseñar las películas de Clase B, acaso las que más le gustaban. Con esa mirada desviada también leía. Y también interpeló a los acontecimientos de su época. Fue el suyo el tiempo violento de entreguerras y el de “la década infame”. Como periodista, en 1931 le tocó “presenciar” el fusilamiento del militante anarquista Severino di Giovanni. Prefirió centrarse en la cara de los que, humillados por la dignidad del condenado ante el pelotón, sólo atinaban a ponerse pálidos y a morderse los labios. El grito de di Giovanni antes de morir contrastaba para él con el frac, los zapatos de baile, la galera de uno de los espectadores. Un tiempo después Arlt lo puso a di Giovanni como personaje de una de sus novelas. Narrar para él también era saber elidir. Podría decirse que su mirada desenfocaba, pero no: enfocaba bien, lo hacía en los pequeños lugares, recalaba en ese detalle apenas perceptible y en el que siempre se acurruca el corazón mínimo de la verdad. Viajó por el interior, por Uruguay y Brasil, y más tarde por España y Marruecos. Escribió sobre todo. Y cuando estuvo a punto de caer en algún precipicio saltó sobre las cosas del mundo con su mirada incisiva capaz de identificar de un solo golpe de ojo cosas que para muchos parasarían desapercibidas.

Cuando alguna vez le preguntaron cuál era el escritor más importante de su generación, Arlt se nombró a sí mismo. Hoy sabemos que fue bastante modesto: venía de otra parte y vio las cosas que sus contemporáneos no. En la medianoche del 31 de diciembre de 2012 se liberan sus derechos.

Acá el link:http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/Roberto-Arlt-el-mejor-de-todos_0_743925774.html


Contrariando la lógica que inspiró el modelo

Nota editorial de Alberto Fernandez.




Por Alberto Fernández  | Para LA NACION


En el año 2007, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) reclamó que la Argentina dictara una norma de represión al terrorismo y propuso un texto que describía las conductas punibles en forma imprecisa y con excesiva amplitud, lo que llevó al gobierno de entonces a rechazar la propuesta; a cambio, se incorporó al Código Penal el delito de terrorismo dentro de las asociaciones ilícitas siguiendo el modelo alemán y fijando estrictamente cuáles eran las conductas delictivas, con sus correspondientes requisitos. Sin embargo, en diciembre de 2011 y, contrariando aquella lógica inicial, el gobierno nacional aceptó e instó a votar aquella vergonzosa propuesta del GAFI, contrariando incluso las objeciones de los organismos de derechos humanos más prestigiosos.
Tras la crisis del 2001, cuando las organizaciones piqueteras habían tomado la calle y asumido la demanda social, Néstor Kirchner recurrió al sindicalismo más combativo para involucrarlo en la tarea de recuperar la representación de los trabajadores. Con esa convicción, desechó a aquellos sindicalistas que habían avalado el proceso de desindustrialización que la Argentina vivió en las postrimerías de los años 90 con un marcado saldo de injusticia social. Sin embargo, estos últimos sindicalistas se reconvirtieron hasta asumir la condición de aliados del actual gobierno, mientras que aquellos combativos que resistieron el neoliberalismo y que acompañaron un modelo de recuperación de la producción y el empleo, contrariando la lógica inicial, se han tornado enemigos. ¿Qué hicieron para merecer semejante mote? Reclamaron que los asalariados de ingresos menores no paguen impuesto a las ganancias.
Aquellos que resistieron el neoliberalismo y que acompañaron un modelo de recuperación de la producción y el empleo se han tornado enemigos
En mayo de 2003 se inició un proceso de cambio de la Corte Suprema de Justicia de la Nación con el propósito de poner fin a la "mayoría automática" que entonces lo regía. Así, fueron desplazados aquellos magistrados que sólo obedecían los mandatos emanados del poder político de turno. Años después, el gobierno nacional, contrariando aquella lógica inicial, desplazó al procurador general que era parte de ese cambio y quiso imponer en su lugar a un ignoto personaje que sólo reconocía una condición: la obediencia al Poder Ejecutivo.
Néstor Kirchner eligió como compañero de fórmula a Daniel Scioli. Juntos ganaron la elección de abril de 2003. A poco de asumir, una declaración tal vez inoportuna del ya vicepresidente molestó a Kirchner. Durante más de tres años Scioli fue relegado en sus funciones y sobrellevó aquel distanciamiento con una hidalguía y una responsabilidad institucional ejemplares. Sobre él, en cambio, no existió jamás ninguno de los cuestionamientos judiciales -además de éticos- que hoy pesan sobre el actual vicepresidente, que sin embargo recibe una protección política que raya en lo vergonzoso.
Cuando su mandato presidencial concluía, Kirchner encontró en Scioli al hombre capaz de garantizar un triunfo electoral en Buenos Aires. Después de ello, lo eligió, sucesivamente, para que fuera su vicepresidente en el Partido Justicialista, para que lo secundara en la lista que encabezó en las elecciones legislativas del 2009 y para que volviera a ser reelecto gobernador de la provincia más importante de la Argentina. En la actualidad, contrariando aquella lógica inicial, el gobierno nacional enfrenta y denosta a Daniel Scioli, atribuyéndole ser un mal administrador y una persona "ajena al proyecto nacional".
Sobre Scioli, en cambio, no existió jamás ninguno de los cuestionamientos judiciales -además de éticos- que hoy pesan sobre el actual vicepresidente, que sin embargo recibe una protección política que raya en lo vergonzoso
Desde el año 2003 y a instancias del gobierno nacional, la Argentina inició el proceso de juzgamiento de los responsables del terrorismo de Estado por los delitos de lesa humanidad que cometieron durante el proceso dictatorial. A los acusados se los sometió a la Justicia y cada uno de ellos debió responder ante sus jueces naturales como ordena la Constitución. Muchas veces el gobierno reclamó que también rindieran cuenta sus cómplices civiles. A instancias del actual gobierno conocemos, sin embargo, que un importante sindicalista está sospechado de haber sido, en esos años de plomo, un "leal" agente de los servicios de inteligencia del Ejército, pero a ese sindicalista el gobierno nacional no le demanda que rinda cuentas por su pasado. Es más, contrariando aquella lógica inicial, hoy lo sienta a la derecha de la Presidenta y lo exhibe como un aliado.
Me pregunto por qué el Gobierno contradice las lógicas que inspiraron el modelo de país que se puso en marcha en mayo de 2003, al que paradójicamente tanto reivindica en su relato
El Banco Central de la República Argentina funcionó en consonancia con el gobierno nacional a lo largo de toda la gestión de Néstor Kirchner. Lo hizo con razonable autonomía y observando el modelo de las metas de inflación. En esos años, el país crecía con estabilidad económica a un ritmo superior al 9 % anual, acumulaba reservas y administraba el valor de la divisa; los mercados operaban con libertad y el Banco Central decidía si vendía o compraba divisas, en el marco de la llamada "flotación sucia". En el año 2010, el Banco Central perdió su autonomía y abandonó aquellas políticas monetarias. Desde entonces, contrariando esa lógica inicial, la inflación se potenció, la acumulación de reservas se frenó, el valor de la divisa se ha relegado y se ha anulado su libre comercialización generando un mercado negro que ha alterado importantes valores de referencia.
A veces me pregunto por qué motivo el actual gobierno nacional contradice con sus decisiones las lógicas que inspiraron el modelo de país que se puso en marcha en mayo de 2003, al que paradójicamente tanto reivindica en su relato. La realidad da cuenta de esos errores y no son suficientes para superarlos los discursos que tergiversan el pasado para acomodarlo a las necesidades del presente. Y tampoco parece prudente callarse y festejar los errores temiendo la acusación de ser "enemigo del proyecto nacional y popular" o aliado a la "derecha" o a las "corporaciones". Para esas acusaciones se destinan por día chorros de tinta a diestra y siniestra.
La realidad da cuenta de los errores y no son suficientes para superarlos los discursos que tergiversan el pasado para acomodarlo a las necesidades del presente
Sin embargo estoy seguro de que nada es más funcional a la derecha que aplaudir el tipo penal abierto de la ley antiterrorista, la salida del ex procurador Esteban Righi, el maltrato desestabilizador a un gobernador elegido democráticamente, la restauración en el poder del peor sindicalismo, la ceguera o la complicidad -según se mire- con la falta de transparencia en la función pública, la tolerancia para con personas sospechadas de ser espías de los genocidas, la desatención de la inflación y la pérdida de confianza en nuestra economía. No creo que así fuera el "país normal" del que hablábamos.

miércoles, 25 de julio de 2012

Solidaridades - Por Tomás Abraham

Dejo un texto que escribíó Tomás.


Solidaridades

Kicilof dice que quienes critican el uso de los fondos del Ansés para los créditos a la vivienda son unos estúpidos y los economistas que lo justifican unos mamarrachos o algo parecido. Evoca la frase universal de Bill Clinton con un pequeño agregado cuando sentenció “ es la economía  (tal como yo la entiendo)  estúpido”. Según la doctrina del viceprimerministro de economía al invertir en obras se da trabajo, y al darlo las contribuciones a la caja jubilatoria se incrementan, por lo que el saldo es positivo. Doña Rosa, don Ramón festejan, los muchachos de la Biblioteca Parroquial aplauden, los periodistas de Página condescienden, TELAM difunde, 678 pone cara de piola, etc. En la República de Platón, es decir, en el mundo de las Ideas, no deja de ser cierto el teorema de Kicilof, como no deja de ser cierto que en el vacío según Galileo un sueldo de un obrero presente contribuye al retiro de un obrero futuro. Pero en la Tierra, de la que nuestro país es parte por ahora, hay roces, fricciones, obstáculos. Si yo presto a 15% con una inflación de 25%, pierdo diez por ciento de mi capital. Si el gremio de la construcción es uno en el que el trabajo informal tiene uno de los índices más elevados de la población ocupada, es poco probable que lo que no se controló nunca en un 95% la fuerza laboral en el resto se ponga al día. No hablemos de Sueños Compartidos. Que los fondos jubilatorios se inviertan es una realidad en todo el mundo. En sociedades de libre Mercado en donde no hay jubilación de reparto como en los EE.UU, los aportes van a Fondos de Inversión. La diferencia reside en que el capital se deposita en corporaciones que van a la búsqueda del cliente y los seducen con rentabilidades interesantes que les asegure una capitalización futura para el momento en que las necesiten. Las AFJP debían cumplir con esta función, y deben haberla cumplido de algún modo porque es lo que le ha permitido a Kicilof invitar a sus amigos a sentarse como representantes del accionista estatal en los directorios de grandes empresas nacionales y multinacionales. Lo que se les criticaba a las AFJP no es que invirtieran en esas empresas sino que cobraran comisiones indebidas y si lo hicieron durante años fue con la cobertura y la aprobación del Estado nacional durante el menemismo y el kirchnerismo. Cuando el gobierno de Kirchner necesitó Caja arregló con las empresas y se quedó con el capital y el lugar societario heredado con el que ahora financia sus baches. Kicilof recuerda a los estúpidos que el sistema jubilatorio es “solidario”. Esa palabra parecía remitirse hasta la fecha al hecho de que en todas las asociaciones mutuales creadas por el Estado de Bienestar desde los tiempos de Bismark hasta el New Deal, la contribución de cada uno de los interesados iba a un fondo común que comprometía a cada uno de los contribuyentes en una red solidaria. Idea cooperativa, mutualista, característica de las compañías de seguro y de una sociedad que incorpora el factor riesgo en sus cálculos. Este espíritu solidario no fue imaginado para correr en auxilio del kirchnerismo, ni para ser solidario de gobierno alguno, ni para ser empleado de acuerdo a las necesidades políticas del personal ejecutivo transitorio que gobierna las democracias, sino para sus contribuyentes. Cualquier inversión que se haga con ese dinero tiene por meta la garantía de que la persona que ha trabajado toda su vida, en el momento del retiro no será abandonado por la sociedad ya que contará con sus aportes por lo que no es nada descabellado que nombre representantes con voz y voto en lo que respecta al uso de esos fondos. Kicilof dice que él sabe lo que hace a pesar de estar rodeado de estúpidos o mamarrachos o lo que fuere.

Los primeros pasos de Amado

Dejo el link de esta noticia. Amado desde chico hacía experiencia laboral con dinero ajeno.



http://www.lanacion.com.ar/1493081-el-primer-negocio-de-boudou-la-quiebra-de-la-firma-y-un-juicio-millonario#comentar

Cómo sacarle provecho a recursos ajenos

Por Martín Lousteau, para La Nación. Excelente nota que sirve para ver cómo teje el gobierno.


La crisis fiscal de la provincia de Buenos Aires parece haberse resuelto, al menos transitoriamente, mediante un préstamo de la Nación. Gracias a ello y a una autorización para endeudarse (a lo que se sumó una extensión de las licencias de bingos para paliar durante un tiempo la nula autonomía económica bonaerense), Daniel Scioli va a poder reducir el atraso previsto para abonar el aguinaldo.
Este desenlace, que ciertamente no resuelve los problemas de fondo, ha sido objeto de diversas lecturas. Una de ellas rescata el éxito de la estrategia sciolista à la Gandhi. Según esta visión, la resistencia pasiva simbolizada en aquella conferencia de prensa rindió sus frutos: el gobernador dio la cara frente a la sociedad, se diferenció del estilo agresivo kirchnerista, y -sin responsabilizarla directamente- puso en el centro de la escena a la Presidenta. Si a esa exposición pública se le contrapone la conspiración públicamente anunciada y llevada a cabo por conspicuos miembros del proyecto nacional contra Scioli, se entiende por qué las encuestas castigaron más a la Presidenta que al gobernador .
Hay que ser realmente hábil para prestar a otros dinero que les pertenece. Quizás a ello se refiera la Presidenta cuando se muestra a sí misma como ejemplo de buena gestión.
Otra (poco creíble) interpretación adjudica a Maradona y su esporádico sentido común la capacidad para hacer ver a la Presidenta lo que ningún colaborador se animaba a vocalizar: que la pelea -al igual que la que ocurre con Macri por los subtes, por la basura, o con Moyano- sólo coloca a la gente en una innecesaria posición de rehén de caprichos políticos. Y que ella recapacitó.
Hay quienes argumentan -ya sea para disculparse o para evitar confrontar- que, en una economía que se estanca, fue la falta de recursos nacionales lo que explicó la demora en la asistencia. Y que una vez hallada una fuente de financiamiento se procedió sin demoras a hacer disponible el dinero.
Lo curioso es que esos recursos salieron del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de Anses, cuyo objetivo declarado es "atender eventuales insuficiencias en el financiamiento del Régimen Previsional Público, a efectos de preservar la cuantía de las prestaciones previsionales".
No hace falta un análisis demasiado sesudo para darse cuenta de que prestar esos fondos a tasas de interés menores a la inflación (recurrentemente a la Nación y esta vez a la provincia de Buenos Aires) no resulta una política consistente con el cuidado necesario para atender las jubilaciones y pensiones futuras. Pero hay otras consideraciones, un tanto menos obvias, que deben hacernos repensar sobre la justicia de este rol de la Anses como financista provincial. Porque, en realidad, se le está prestando a Buenos Aires dinero que.es originalmente suyo.
La creación de las AFJP en 1994 significó un profundo y súbito desequilibrio para el sistema previsional
La creación de las AFJP en 1994 significó un profundo y súbito desequilibrio para el sistema previsional. El hecho de que los aportes personales de los trabajadores ya no se destinaran a pagar a los jubilados y pensionados de ese momento sino que pasaran a ser acumulados en cuentas individuales generó un importante déficit en el sistema de reparto hasta entonces vigente. El mismo fue cubierto con la cesión a la Anses de ingresos tributarios que pertenecían a las provincias. Llamativamente, estas contribuciones extraordinarias se mantuvieron cuando se re-estatizó el sistema hacia fines del 2008. Así, entre 2009 y 2011, la Anses acumuló un superávit de 53.500 millones de pesos, que el Tesoro Nacional ha aprovechado para financiarse a tasas artificialmente bajas y con renovaciones automáticas a los vencimientos. Lo extraño de esta situación es que, en rigor, todas las provincias están cediendo un dinero que les corresponde, y deben luego hacer religiosa fila en Casa Rosada para ser bendecidos con alguna asistencia u obra pública.
La paradoja mayor se dio, quizás, con los fondos que el gobierno nacional ha reticentemente otorgado a Scioli para cubrir urgencias provinciales. En 2012 y después de atender el pago de jubilaciones y pensiones, asignaciones universales por hijo y entregas de laptops (entres otras erogaciones), la Anses tendrá un superávit estimado en 18.600 millones de pesos. Si ese excedente -originado en recaudación impositiva cedida por las provincias- se distribuyera de acuerdo a lo que la Ley de Coparticipación establece, a la provincia de Buenos le tocarían más de $2.300 millones, es decir casi cuatro veces los 600 millones de pesos que Anses le acaba de otorgar a un año de plazo y con una tasa que ronda el 17%. Hay que ser realmente hábil para prestar a otros dinero que les pertenece. Quizás a ello se refiera la Presidenta cuando se muestra a sí misma como ejemplo de buena gestión..

Acá el link: http://www.lanacion.com.ar/1493214-como-sacarle-provecho-a-recursos-ajenos

jueves, 12 de julio de 2012

Román y Frankie - Por Tomas Abraham

Posteo la nota de Tomás que me parece muy buena.


Riquelme no es un enganche, es un distribuidor. Iniesta es un enganche. Pirlo es un distribuidor. Toda la discusión acerca de si hay que jugar con o sin enganche es absurda en el caso de Boca. Maxi Morales de Vélez era enganche, Xavi Hernández es un distribuidor. Pipi Romagnoli es enganche. La Araña Telch era distribuidor. Quienes distribuyen el juego lo hacen desde atrás de la mitad de la cancha. Reciben la pelota de los centrales y la juegan a los costados para volver a mostrarse cada vez que un compañero lo necesita. Son los referentes hasta tres cuartos de cancha, la brújula del equipo. Ruedas de auxilio. Están al servicio del conjunto. El enganche cambia el ritmo del juego, siempre se desmarca para recibir el balón y busca a los delanteros para hacer paredes o abrir el juego. Zidane era un enganche genial. No hay enganche sin aceleración. Verón pasó, con los años y por las lesiones, de enganche a distribuidor, pero a diferencia de Riquelme, se jugaba el físico con su esforzado ida y vuelta por el terreno de juego.
Riquelme hacía de distribuidor desde el costado izquierdo de la cancha. Jamás aceleraba. Tocaba hacia atrás o a los costados. Cada vez que recibía la pelota, el equipo se detenía. Jugaba de primera pero lejos del arco. Maradona dio en el clavo cuando le pidió públicamente que se adelantara varios metros porque desde la mitad de la cancha no le servía. Aunque sabía que le pedía un imposible. Desde hacía tiempo su lentitud física no le permitía un despliegue semejante.
Es un absurdo conceptual ser un distribuidor lateral. No se distribuye el juego desde un costado. A veces lo hacía Willington en Vélez, pero era un equipo limitado justamente por esa dependencia hacia un único jugador. Desde esa zona acotada se puede tener la función de ser un buen lanzador como lo era, por ejemplo, Gorosito, o el mismo Riquelme en el equipo de Bianchi, cuando cruzaba la pelota cuarenta metros a Barros Schelotto, que le tiraba el centro a Palermo. Pero nada tiene que ver con un enganche.
Hay jugadores talentosos y otros que parasitan su talento. La velocidad mental de Riquelme y su habilidad le permitían hacer alguna gran jugada, un gol de tiro libre, un pase en diagonal. Disimulaba así que descansaba sobre el recuerdo. La fortaleza física que logró con los años le permitió cubrir y esconder la pelota con la firmeza de su espalda resistiendo la presión de los marcadores.
El problema con un distribuidor de este tipo es que, por la falta de desplazamiento por distintas zonas del campo, en especial a lo ancho, puede facilitar que lo anulen con la marca y dejar a los otros diez sin referente, o, por azares de los partidos, cuando las cosas le salen mal, el equipo se derrumbe por estar mal estructurado. No tiene variantes.
Hay jugadores vampiros. Se chupan al resto. Exigen que se los nutra con sangre fresca. No dejan de destacarse cuando el equipo juega mal. Sólo ellos sobresalen. Son jefes. Dividen a la tropa. El vestuario es su reino. Buscan alianzas fuera del campo. Tienen su tribuna. Son inteligentes. Saben desenvolverse en el capitalismo salvaje del fútbol espectáculo. Son sobrevivientes en un mundo en el que pocos salen a flote. Saben cómo y dónde confabular. Es conmovedor ver al Riquelme adolescente debutar contra Unión de Santa Fe a los 18 años y hablarle de igual a igual al reportero.
Ninguna ingenuidad. Se lo veía venir de un mundo duro, desalmado, como el mismo ambiente futbolero. Se pasa de la gloria a la cloaca sin compasión. En entornos idólatras hay jugadores que asumen convertirse en tótems y diagraman su mundo cortesano. A veces no necesitan hacer un gran esfuerzo porque el espacio mediático necesita ídolos. Sin ellos se vacía de negocios. Recientemente se quiso embalsamar a Tevez ungiéndolo como jugador del pueblo, y no se lo pudo hacer con éxito porque con la Pulga no se puede. Con Maradona, ni hablar, casi lo matan por asfixia con todo el oro con que lo revestían, pero por la fortaleza física y mental de Diego no hubo un nuevo mártir en nuestra venerada necrología.
El Tótem tiene una función de ocultamiento. Crea el mito para que no se corra el telón multicolor y veamos el detrás de escena. Una vez corrido el cortinado somos espectadores de un fútbol argentino en el que se juega mal, muy mal. Los partidos son emocionantes porque la pelota va para cualquier lado. Arsenal, Tigre, All Boys son protagonistas. Independiente, Racing, San Lorenzo, River pueden descender. Se niveló para abajo, demasiado abajo. La emoción proviene por saber quién desciende, no por quién es el campeón.
Las decenas de programas deportivos de radio y televisión son farandulescos. Apenas se comentan los partidos. Chismes de vestuario, rumores de comisiones, dirigentes acusados, contubernios incesantes, operaciones clamor, el muerto de la semana convirtieron al fútbol en un circo bullicioso que atrapa a políticos, empresarios, botineras, y gente como yo, futboleros que respiran aires de infancia cada vez que se habla de fútbol.
Sin ese circo, más algún otro entretenimiento que aún queda, ShowMatch quizás, o la agitada agenda plena de la presencia de los personajes políticos y sus actos vivos ampliados por el periodismo que parece mentir equitativamente, sin esas distracciones que nos despabilan el tedio y el agobio de la rutina sólo nos quedaría el pan duro de cada jornada.
Juan Román Riquelme me hace pensar en Frank Sinatra. Son jefes de clanes. Ninguno subió al podio pidiendo permiso. Equipos de 11 en los dos casos, uno a la medianoche, el otro en turnos rotativos, uno más temprano, otro más tarde, uno en el casino, el otro en el vestuario, uno con Javier García, Clemente Rodríguez, Viatri, el Chelo Delgado, el otro con Dean Martin, Richard Conte, Sammy Davis Jr., Peter Lawford. Dos reyes.
Pero hasta los monarcas se despiden. El día en que Messi decida pinchar la pelota o llevársela a su casa, hasta Dios estará cesante, desganado, decidido a devolver su carnet de socio vitalicio. Por eso, si por mí fuera, mejor que siga el baile.

Acá el link: http://www.perfil.com.ar/ediciones/2012/7/edicion_692/contenidos/noticia_0015.html

Denunican a la Marca Cheeky

Posteo la nota.

Primero el video de la cámara oculta.



Hace pocos días un costurero ingresó con cámara oculta a un taller clandestino con cama adentro donde 13 personas eran sometidas a la servidumbre y el hacinamiento. El taller clandestino, ubicado en la calle Hubac 5673 en el barrio de Mataderos hace tres años que trabaja exclusivamente para la firma Cheeky que actualmente dirige Juliana Awada, confeccionando pantalones para chicos, de esos que salen $220 para arriba cada uno. En ese taller son superexplotados 13 costureros de origen boliviano, varios de ellos en situación migratoria irregular o sea sin documentación, en extenuantes jornadas de 7 a 22 hs por la miserable suma de $ 1800.


Los costureros están encerrados y para ir a hacer un simple mandado a la calle y traspasar la puerta de hierro, deben dejar siempre sus pertenencias como garantía de que no se escaparán. El propio costurero que hizo la cámara oculta, tuvo que dejar su bolso para poder salir con la excusa de buscar una farmacia. Los costureros están hacinados en cuartos muy pequeños con cama cuchetas. Y en esas mismas camas cuchetas deben comer, ya que carecen de mesas y sillas como puede verse claramente en la cámara oculta. Los niños de varios de esos costureros también están sometidos al encierro. Todos comparten un baño muy precario.
La instalación eléctrica es precaria y entraña riesgo de incendio y los costureros aspiran polvillo de la tela todo el tiempo, exponiendose a enfermedades pulmonares como la tuberculosis.
Como puede observarse en el videoinforme, hubo que realizar varias maniobras y buscar falsas referencias para poder entrar al taller ya que quien lo regentea es conciente de los delitos que está cometiendo y de la marca a quién responde.

Cheeky ya había sido denunciada penalmente por el Gobierno de la Ciudad en el período de Jorge Telerman, la Defensoría del Pueblo y la Alameda en enero de 2007. En aquella oportunidad, se habían logrado inspeccionar varios talleres con costureros sometidos a la servidumbre. Lamentablemente un escandaloso fallo del ex Juez Federal Guillermo Montenegro, actualmente ministro de Seguridad de Mauricio Macri, sobreseyó a la firma que por la ley de trabajo a domicilio es solidariamente responsable de los talleres donde manda a confeccionar sus prendas.
Otros talleres de Juliana Awada ya habían sido filmados y denunciados por la Alameda en setiembre de 2006 y en marzo de 2010. A pesar de los testigos y las inapelables imágenes de las cámaras ocultas, también la justicia hizo la vista gorda con estas denuncias.

Ni las inspecciones del GCBA en época de Telerman, ni las denuncias de la Defensoría, ni los videoinformes y denuncias de la Alameda alcanzaron para que la justicia castigue la impunidad de Daniel y Juliana Awada que siguieron todos estos años maximizando ganancias en base a la explotación más abyecta de costureros migrantes en talleres clandestinos con trabajo esclavo.
Segura de que su actual marido y Jefe de Gobierno de la Ciudad Mauricio Macri la protegerá del cumplimiento de la ley, Juliana Awada que ahora dirige Cheeky ni siquiera se tomó el trabajo de mudarse de distrito y sigue basando su producción en talleres esclavos en el propio ámbito de la Capital Federal a sabiendas que los cuerpos inspectivos que dirige su marido seguirán haciendo la vista gorda.
Una vez más la Alameda se presenta ante la justicia para denunciar a estos esclavistas y además mostrarle a toda la sociedad de qué talleres estamos hablando cuando hablamos de Cheeky y de Juliana Awada.




En horas de la mañana del miércoles 11 se formulará la denuncia penal ante los tribunales de Comodoro Py a Cheeky por reducción a la servidumbre, evasión fiscal, violación a la ley de migraciones y violación a la ley de trabajo a domicilio.
A las 19 hs convocamos a movilizarnos al local de Cheeky de avenida Santa Fé 2053 para realizar un acto de repudio y una clausura simbólica de esta marca esclavista emparentada con el poder y la impunidad.
Contactos:Gustavo Vera (1561584835)
Dr Mario Ganora (1558830233)

FORMULA DENUNCIA
Señor Juez:
Gustavo Javier Vera, presidente de la “Fundación Alameda por la Lucha contra el Trabajo Esclavo”, con domicilio en Avda. Directorio 3998 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el patrocinio letrado del Dr. Mario Fernando Ganora (T° 36 F° 227 CACF), con domicilio en Av. Callao 178 Piso 5° de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a V.S. dice respetuosamente que:
I) Objeto Por el presente, viene a formular denuncia contra los propietarios y encargados del taller de costura sito en la calle Hubac 5673 a los fines de que se investigue la presunta comisión de los delitos previstos y reprimidos en los arts. 117 de la ley 25.871, 140, 145 bis del C.P. y 35 de la ley 12.713. También corresponde que se investigue la posible comisión del delito de evasión fiscal en sus aspectos tributario y previsional contemplados en los arts. 1 y 7 de la ley 24.769. Esta denuncia también abarca a los responsables de la firma Cheek S.A. (CUIT n° 30.67729108-3 con domicilio en Cuyo 3040/166 Martínez, Pcia. de Buenos Aires, propietaria de la firma “Cheeky”, para quien trabajaría en forma exclusiva el mencionado taller de costura.
Solicito asimismo que se proceda de conformidad con lo dispuesto en el art. 6 y concordantes de la ley 26.364 a los fines de la protección de la víctima de los delitos denunciados.
II) Hechos
El mencionado taller de costura funcionaría como un clásico taller de sudor o “sweatshop” que trabajaría confeccionando ropa en forma exclusiva para la referida sociedad anónima. En efecto, el tallerista se hace conocer por el nombre de “Pepe” y junto con su esposa maneja el establecimiento que trabajaría exclusivamente para la marca Cheeky desde hace tres años.
Los trabajadores que allí se desempeñan deben hacerlo con el régimen de “cama adentro”, es decir que deben pernoctar en el lugar de trabajo. En ese lugar trabajan alrededor de trece personas. La jornada laboral que se extiende desde las 7.00 de la mañana hasta las 21.00 y, a veces, hasta las 22 horas. Estas jornadas se realizan de lunes a viernes y los días sábado hasta el mediodía. Los salarios que se abonan a los trabajadores son del orden de los mil ochocientos pesos por mes ($1.800) y se da como justificación que se les proporciona casa y comida. Uno de los trabajadores, F.M.D.C., cuyos datos se acompañan en sobre cerrado, informa que no se les requiere documentación para ser contratados. Esta persona aclara que pudo comprobar que hay personas sin D.N.I. sea que se trate de trabajadores o de los niños que allí habitan. Para poder entrar y salir del taller se requiere del permiso del encargado y se retiene en todos los casos los efectos personales del trabajador para asegurarse su retorno al establecimiento.
Las condiciones de salubridad, higiene y seguridad en el trabajo son deplorables. La casa donde funciona el taller tiene dos plantas. En la planta baja se encentran las maquinarias y en el primer piso las crujías donde habitan los trabajadores. El lugar de trabajo está muy deteriorado, la instalación eléctrica es muy precaria, no se observan matafuegos y hay gran acumulación de telas, productos terminados y restos de la producción. Esto significa la existencia de un riesgo real de incendio que de ocurrir podría significar un desastre similar a la tragedia de la calle Luis Viale 1269 ocurrida en 2006. Agrava la situación de inseguridad del taller la circunstancia de que niños menores ingresan y salen del lugar de confección sin ningún tipo de control. Uno de los trabajadores parecería ser una persona con discapacidad mental y muy agresiva.
El lugar de alojamiento de los trabajadores es una pieza dividida en tres partes para hombres y parejas donde hay varias camas tipo cucheta. El resto de las comodidades consisten en una cocina y un solo baño para hombres y mujeres. No hay refectorio por lo que los trabajadores deben almorzar y cenar sentados en las cuchetas donde duermen. Carecen de mesas y sillas y de cubiertos por lo que deben comer la carne con la mano por la falta de cuchillos.
III) Significación jurídica Del relato de los hechos surgiría que una sociedad anónima propietaria de una conocida marca de ropa para niños terceriza su producción con un taller de costura, los que a su vez tiene trabajadores empleados. Esta relación entre el fabricante, los talleristas y los trabajadores se rigen por las disposiciones de la ley de trabajo a domicilio (ley 12.713) que prevé tanto en sus disposiciones como en su reglamentación todo un conjunto de obligaciones tendientes a evitar abusos y la explotación de la parte más débil, es decir el trabajador (ver art. 13 de la ley 12.713). También aquí se advierte que el propósito de los empleadores habría sido burlar las disposiciones de la referida ley a los fines de maximizar sus ganancias mediante el pago de salarios inferiores a los de convenio, excediendo los límites de la jornada legal de trabajo sin el pago de horas extras y sin respeto de lo concerniente a las normas mínimas de higiene y seguridad. Independientemente de las transgresiones a la legislación laboral, se encontrarían reunidos, prima facie, los extremos previstos en el art. 35 de la ley 12.713 que dispone: “El empresario, intermediario o tallerista que por violencia, intimidación, dádiva o promesa, realice actos que importen abonar salarios menores que los que se establezcan de acuerdo a los procedimientos que estatuye la presente ley, tendrá prisión de seis meses a dos años”.
Cabe destacar que esta maniobra tendiente a pagar remuneraciones inferiores a los establecidos mediante los mecanismos de la ley se habría llevado a cabo también mediante la contratación de trabajadores de origen extranjero que tendrían una situación de residencia irregular. De esta manera el o los empleadores se habrían asegurado que estos trabajadores por su especial vulnerabilidad no opondrían resistencia a la violación de sus derechos. Precisamente esta conducta se enmarcaría en las previsiones del art. 117 y 120 de la ley 25.871 toda vez que constituiría la facilitación habitual de la permanencia ilegal de extranjeros en el Territorio de la República Argentina con el fin de obtener directa o indirectamente un beneficio poniendo en peligro la vida, la salud y la integridad de las personas.
También del relato de los hechos surgiría nítidamente que las personas que allí trabajan estarían sometidas a un régimen de explotación susceptible de ser considerado trabajo o servicio forzado de conformidad con la interpretación del mencionado concepto que realiza la Organización Internacional del Trabajo. En efecto, la definición del concepto de trabajo forzoso remite necesariamente al art. 2 del “Convenio sobre Trabajo Forzoso, 1930 (num. 29) de la Organización Internacional del Trabajo ratificado por nuestro país, que tiene jerarquía superior al derecho interno en virtud de lo dispuesto en el art. 75 inc. 22 C.N. Según el art. 2 del Convenio 29 de la OIT se entiende como trabajo forzoso “todo trabajo o servicio exigido a un individuo bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho individuo no se ofrece voluntariamente”.
La OIT ha precisado los conceptos contenidos en la definición en diferentes documentos. En este sentido el documento denominado “Erradicar el trabajo forzoso” elaborado por la Comisión de Expertos en la Aplicación de Convenios y Recomendaciones de la OIT en 2007 fue bastante claro al considerar la cuestión suscitada por la imposición de la obligación de realizar horas extraordinarias bajo la amenaza de una pena (ver pág. 74 y concordantes). Los expertos de la OIT entendieron que la imposición de horas extraordinarias no afecta la aplicación del Convenio n° 29 en la medida en que tal exigencia se sitúe en el marco de los límites establecidos por la legislación nacional y aceptados por las convenciones colectivas. Se ha entendido también que el temor a ser despedido obliga al trabajador a realizar horas extraordinarias que superan lo previsto en la legislación nacional. En otros casos, en que se pacta la remuneración fijando metas de rendimiento, la obligación de trabajar más allá de la jornada de trabajo se deriva en la necesidad de hacerlo para alcanzar el salario mínimo. Sobre estas cuestiones la Comisión ha observado que si bien el trabajador tendría hipotéticamente la posibilidad de librarse de la imposición de trabajar más allá de la jornada ordinaria de trabajo, la vulnerabilidad de su situación hace que prácticamente no tenga real opción, obligado por la necesidad de alcanzar al menos el salario mínimo y de conservar su empleo o por ambas razones. La Comisión ha considerado que en los casos en que el trabajo o servicio se imponga mediante la explotación de la vulnerabilidad del trabajador, bajo amenazas de una pena, el despido o una remuneración inferior al trabajo mínimo, tal explotación transforma una situación caracterizada por malas condiciones de trabajo en una relación en la cual el trabajo se impone bajo amenaza de una pena y amerita la protección del Convenio a efectos del cual la expresión trabajo forzoso u obligatorio designa todo trabajo o servicio exigido a un individuo bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho individuo no se ofrece voluntariamente. En el caso concreto de autos se ha podido ver como las horas extraordinarias se imponen fuera de todo marco normativo y bajo la amenaza de percibir remuneraciones inferiores al mínimo legal o la sanción del despido.
La OIT ha señalado en el referido documento denominado “Erradicar el trabajo forzoso” que el Estado no debe tolerar la imposición de trabajo forzoso por parte de terceros, cualquiera que sea su forma en su ámbito de competencia territorial. A tal efecto, deberá establecer garantías legales frente a toda obligación de trabajar que exista en la práctica. El art. 25 del Convenio n° 29 de la OIT precisa a este respecto que “el hecho de exigir ilegalmente trabajo forzoso u obligatorio será objeto de sanciones penales” y que el estado tiene “la obligación de cerciorarse de que las sanciones impuestas por la ley son realmente eficaces y se aplican estrictamente”.
La norma penal que resulta aplicable en función de la obligación establecida en el art. 25 del Convenio n° 29 de la OIT es, a mi juicio, el delito de reducción a servidumbre previsto y reprimido en el art. 140 C.P. En efecto, el trabajo forzoso es considerado como una práctica análoga a la esclavitud (art. 5 de la Convención sobre la Esclavitud y Preámbulo del Convenio 105 de la OIT “Convenio Relativo a la Abolición del Trabajo Forzoso”) y está específicamente prohibido por nuestra Constitución Nacional (arts. 6 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 8 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ambos con jerarquía constitucional merced a lo dispuesto en el art. 75 inc. 22 C.N.).
Cabe señalar asimismo que la actual redacción del tipo penal del art. 145 bis del C.P. que reprime la acogida o recepción de personas mayores de dieciocho años de edad, abusando de una situación de vulnerabilidad con fines de explotación, en este caso trabajo forzoso, se superpone con la figura del art. 140 del C.P. dando lugar a un concurso ideal (art. 54 C.P.).
El carácter clandestino de las contrataciones de los trabajadores y la forma en que se desarrolla la relación de trabajo también hace sospechar fundadamente en la comisión de los delitos contemplados en los arts. 1 y 7 de la ley 24.769.

IV) PruebaEn sobre cerrado acompaño videograbación del taller donde constan las circunstancias apuntadas y los datos de la persona que responde a las iniciales F.M.D.C. quien está dispuesto a prestar declaración testimonial.
V) Petitorio
Por todo lo expuesto, solicito:
a) Se tenga por presentada la presente denuncia
b) Se proceda de conformidad con lo dispuesto en el art. 6 y concordantes de la ley 26364 respecto de las posibles víctimas de los delitos denunciados.
c) Se agregue la prueba que se acompaña
d) Oportunamente se acompañaran otras al momento de la ratificación

Proveer de conformidad. Será justicia.

Acá el link: http://laalameda.wordpress.com/2012/07/11/una-vez-mas-juliana-awada-y-cheeky-filmados-y-denunciados-por-trabajo-esclavo/