Mauricio Kartun y Osqui Guzmán: leyenda de tierra adentro
Entrevista. “Salomé de chacra”. El autor y director, junto al actor, hablan de la puesta que sube el domingo al Teatro San Martín, con el mito de la princesa como telón de fondo.
Por Adys González De La Rosa
Salomé, la tentadora mujer que conseguía todo con su seductora danza es trasladada a la Pampa argentina. El mito universal estalla en medio de una chacra y se criolliza.
Salomé de chacra , así tituló Mauricio Kartun su nueva producción, que se estrena este domingo en el Teatro San Martín. “Los mitos son muy tentadores, son una enorme condensación de sentido que trascienden en mucho el significado único. Todas mis obras surgen de algún mito. Por otro lado, mi padre era un hombre de campo y tengo la sensación de que basta abrirle la puerta a ese mundo de la chacra, la carneada, lo bárbaro, para que me empiece a cargar con sus fantasmas”, dice Kartun.
Para la puesta en escena convocó a Osqui Guzmán, actor con el que ha coincidido en otros proyectos y con quien mantiene una estrecha colaboración. “La primera obra que hice con Mauricio me marcó desde un sentido artesanal muy profundo. Luego estudié dramaturgia con él y sentí empatía con su manera de trabajar. Eso hizo que para cada cosa que yo haga le pida ayuda y él dé todo. Por eso siempre accedo a navegar y embarrarnos juntos en esta creación de un mundo ficticio”, cuenta Guzmán.
Trabajaron juntos en “El niño argentino”, ¿por qué lo volvés a convocar para “Salomé de chacra”? Kartun: Por dos razones. La primera es que el texto de esta obra surge de dos piezas que intenté y que por distintas razones no pude terminar, y en los dos proyectos estaba implicado Osqui. Después, me puse a escribir esta obra donde el personaje que hace Osqui es un rubio grandote y colorado, de hecho le dicen “Gringuete”, por gringo. Cuando me confirman la puesta en el San Martín, yo necesitaba actores que resuelvan, y ésa es la segunda razón: tenía ganas de trabajar con un actor poeta, que yo siempre lo diferencio del actor verdadero.
El actor poeta es aquel que puede crear un sistema, un discurso, a partir de signos corporales que superan al texto mismo. Ese es el actor con el que todos queremos trabajar, porque puede resolver en términos poéticos, no solamente en términos verosímiles. Llamar a Osqui fue ir a lo seguro, aunque me supuso tener que cambiar al personaje.
Tu formación y trabajo como actor se han desarrollado, sobre todo, en la improvisación. ¿Qué te interesa de este teatro con una partitura fijada y más anclado en el texto? Guzmán: Pienso que todo el teatro es improvisación, negarlo es dejarse estancar en el oficio. Para mí todo lo que hacemos hasta el estreno es estrategia. Pero desde el primer día de función todo es improvisación, quien determina es el público y el personaje tiene que escucharlo y estar atento porque ése es el momento que le da valor al teatro. No siento diferencias entre un trabajo y otro. La única manera de comunicar una idea y una estética es improvisándolas, haciéndolas en el momento, como si no hubiera nada escrito ni ensayado.
¿Por qué decidís trabajar sobre el mito de Salomé? Kartun: Al principio fue una simple casualidad. Un día caminando por un pueblito de Córdoba vi un cartel de chapa que decía “salame de chacra”, pero una de las letras se había perdido en el acanalado y leí Salomé, y en el acto azaroso de unión de sentido entre el salame de chacra y una Salomé trasladada a una chacra criolla, apareció una especie de flash y vi el mito de Salomé diluido en este caldo criollo o guiso carrero. El mito de Salomé durante un día de carneada, el día que se hacen los chacinados que es un día mítico en las chacras. Sentí que valía la pena ponerle el cuerpo y ver adónde me llevaba en términos de sentido.
Ambos han estado vinculados a los teatros oficiales, ¿cómo perciben su situación actual? Guzmán: El Teatro Nacional Cervantes claramente está en un mejor momento. No sólo porque está abierto sino porque además genera muchas producciones y giras. Tendrán que revisar su funcionamiento y estructura después de estar tanto tiempo cerrado, pero yo me siento muy feliz de tener un teatro que funciona y me representa. Salí de gira con El bululú y suceden cosas maravillosas en el encuentro con pueblos a los que no va nadie y llega el Cervantes. Eso es altamente gratificante.
Kartun: Coincido con lo del Cervantes, que pasó de una zona calamitosa al movimiento y se lo ve en acción. En el caso del San Martín, creo que los problemas se resuelven con creación y dinero. Cualquiera que trabaje en este teatro verá que la zona preocupante es la económica. El Gobierno de la ciudad no entiende a fondo que la función de un teatro oficial es la de ofrecer al espectador a precios subvencionados, aquel teatro que de otra manera no podría montarse.
Acá el link: http://www.clarin.com/espectaculos/teatro/Leyenda-tierra-adentro_0_578942109.html
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